Días atrás, un joven fue acusado de haber robado a los pasajeros de un colectivo y fue asesinado de un disparo en la cabeza por un suboficial de la Policía Federal (PFA), tras una persecución por la avenida Jujuy hasta la calle Carlos Calvo, en el barrio porteño de San Cristóbal.
Según lo que indicaron las fuentes policiales, el hombre forcejeó con el policía y a éste se le escapó un tiro. Sin embargo, la versión de los vecinos que presenciaron el hecho es muy distinta: “El pibe se quedó quieto, parado y con las manos en alto. El policía le disparó a quemarropas en la cabeza”, contó a Página12 uno de los vecinos que se animó a hablar con los medios.
Algunos minutos después, el vecino agregó que al policía se lo llevó una patrulla de la PFA, y el joven permaneció alrededor de una hora tendido sobre el asfalto de avenida Jujuy, hasta que fue trasladado al hospital Ramos Mejía por una ambulancia del SAME.
“El pibe se subió a la parte de atrás de un camión. Como el camión no arrancaba se bajó. Desde la esquina de Estados Unidos vino corriendo por Jujuy un policía de civil con un arma en la mano. ‘Tirate al piso la concha de tu madre’, le gritó al pibe. El pibe se quedó quieto, parado y con las manos en alto. El policía le disparó a quemarropas en la cabeza”, relató otro vecino, a la vez que señalaba la cámara de seguridad de un poste de la avenida Jujuy, a pocos metros del lugar del disparo. “Tiene que estar todo registrado ahí”, advirtió.
La causa quedó en el Juzgado de Instrucción Nº 4 y fue calificada como “robo con arma, disparo con arma de fuego y lesiones”. Los peritajes fueron realizados por personal de Gendarmería Nacional.
El joven fusilado se llama Nicolás Álvaro Soriano, tiene 36 años y vivía en San Fernando. El dato estaba en conocimiento del juzgado desde el jueves 22, pero el policía que mandaron a constatar el domicilio en Virreyes no avisó a la familia que había sido herido. Sólo supieron que era el NN del Hospital Ramos Mejía cuando los ubicó la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI).
"Un trabajador del hospital nos contó que en la historia clínica figuraba un nombre, Nicolás Álvaro Soriano. Y nos explicó que la bala entró detrás de la oreja y salió por la ceja", dijeron desde la CORREPI, y agregaron que "un policía de la comisaría del barrio se había presentado en su casa de Virreyes para constatar el domicilio", pero "no le dijo a la familia que habían identificado a Nicolás por sus huellas dactilares, ni que estaba en gravísimo estado en un hospital en la ciudad de Buenos Aires".