La historia secreta detrás del túnel del Banco Macro de San Isidro: El plan frustrado de una banda con objetivos millonarios

Investigaciones sobre el frustrado robo revelan detalles inéditos sobre la planificación y ejecución del túnel que pretendía conectar un galpón con la bóveda del Banco Macro en San Isidro. La compleja ingeniería delictiva y el inesperado descubrimiento que evitó un golpe histórico.

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El galpón que alquilaron los ladrones desde donde realizaron el túnel era el del antiguo bar Habeas Corpus. Foto La Nación

El intento de robo al Banco Macro de San Isidro, que ha captado la atención del país y evoca comparaciones con el célebre Robo del Siglo del Banco Río, sigue desentrañando aspectos desconocidos y fascinantes. A medida que avanza la investigación, las autoridades han revelado nuevos detalles que subrayan la magnitud del plan y la minuciosidad con la que fue llevado a cabo.

Uno de los primeros elementos sorprendentes es el lugar desde donde comenzó a excavarse el túnel: un local situado en Ituzaingó 341, en pleno centro de San Isidro, frente a los Tribunales, un sitio con una historia cargada de simbolismo. Este inmueble, que albergó durante décadas al bar Habeas Corpus, lugar de encuentro de jueces, fiscales y abogados, cerró inesperadamente a fines de 2022. Poco después, el local fue alquilado por un supuesto comerciante que manifestó tener intenciones de abrir un supermercado o una talabartería, pero desapareció tras seis meses sin pagar el alquiler. Esta fachada comercial, se cree, fue el primer paso de una operación mucho más compleja que culminaría con la excavación del túnel.

La precisión técnica

El túnel en sí, que se extendía a lo largo de 150 metros y alcanzaba una profundidad de 4,5 metros, fue un prodigio de ingeniería delictiva. Los delincuentes emplearon técnicas avanzadas de construcción, incluyendo encofrados de madera para evitar derrumbes, sistemas de ventilación para permitir la respiración en un espacio tan reducido, y equipos de perforación especializados. Según los peritos, el trabajo realizado indicaba que los autores contaban con conocimientos de minería o construcción de túneles, lo que refuerza la teoría de que la banda incluía a expertos en la materia.

Entre los elementos incautados en el local se encuentran taladros de alta potencia, sierras mecánicas, sistemas de iluminación portátiles, y herramientas de precisión. Además, las autoridades descubrieron un rudimentario pero efectivo sistema de poleas que permitía extraer la tierra sin dejar rastros visibles desde el exterior. Este equipo, junto con la estructura del túnel, sugiere que el plan fue cuidadosamente orquestado durante meses, con la intención de pasar desapercibidos hasta el momento final del asalto.

Otro aspecto que resalta en la investigación es el nivel de información con la que contaba la banda. Además de planos detallados del banco, los investigadores encontraron dispositivos electrónicos que podrían haber sido usados para interferir o burlar los sistemas de alarma del banco. Esto, sumado al descubrimiento de mapas que detallaban la ubicación de las cámaras de seguridad y los sensores de movimiento, sugiere que los delincuentes no solo tenían acceso a información privilegiada, sino que también planificaron métodos para neutralizar las medidas de seguridad más avanzadas del banco.

El desenlace inesperado

El plan comenzó a desmoronarse de manera fortuita cuando, el martes pasado, un proveedor del local gastronómico Berni, ubicado en Chacabuco al 400, descubrió una varilla de hierro sobresaliendo de los adoquines mientras descargaba su mercadería. Este hallazgo casual fue el inicio del fin para los delincuentes. Alertadas por el descubrimiento, las autoridades comenzaron una inspección que rápidamente llevó al descubrimiento del túnel.

A pesar de que el golpe fue frustrado, las autoridades continúan investigando para identificar a todos los miembros de la banda y determinar cómo lograron obtener los planos y la información crítica necesaria para su operación. Entre las hipótesis que manejan los investigadores está la posibilidad de que alguien vinculado al banco haya facilitado los datos, lo que podría implicar una traición desde el interior.

Mientras tanto, la excavación del túnel, cuya estructura aún está siendo evaluada por ingenieros y peritos, queda como un recordatorio de la audacia y sofisticación que puede alcanzar el crimen organizado en Argentina. Cada nuevo detalle que emerge no hace más que aumentar el asombro y las preguntas sobre lo que realmente podría haber sucedido si el plan no hubiera sido desbaratado a tiempo.