La celebración fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Oscar Ojea, en el gimnasio Juan Pablo II, que estuvo colmado por más de 3.000 alumnos de 55 colegios congregados en la Junta Regional de Educación Católica (Jurec).
Monseñor Ojea expresó que el sentido de esta misa es vivir en profunda comunión con el alumnado católico la presencia de Jesús en los colegios y comunidades de la diócesis. “La oración de los chicos nos renueva porque sale de un corazón inocente y noble, así que nos llena de alegría”, expresó el obisp.
Antes de la misa, se realizaron diversas representaciones referidas al tema convocante de este año, el fútbol. Se insistió en que "el gran partido de la vida lo jugamos todos unidos", y se recordó el mensaje del papa Francisco con motivo del Mundial de Brasil.
El Santo Padre grabó días atrás un mensaje en el que recordó que el deporte es una escuela de paz con tres actitudes esenciales: la necesidad de preparación, el juego limpio y el respeto por los adversarios.