Se respira una mezcla de lavandina con otros desinfectantes. Hay estanterías con decenas de frascos y etiquetas, heladeras grandes, y computadoras, y sólo se escuchan murmullos. Es que el equipo de 29 bioquímicos, químicos y técnicos que forman el laboratorio central del Hospital Zonal General de AgudosPetrona de Cordero, en San Fernando, que depende del Ministerio de Salud bonaerense, no puede desconcentrarse ni un minuto.
“En enero pasado, cayeron de golpe 100 muestras de sangre de casos sospechosos de dengue que nos mandaron de diferentes hospitales de la zona y el ritmo se alteró”, comentó la bioquímica Alcira Dominoni.
Clarín estuvo en el laboratorio central que recibe muestras de pacientes que van hospitales de 13 municipios de la zona Norte del Conurbano. Desde enero, el ritmo de los análisis de las muestras se aceleró dramáticamente por la epidemia de dengue, la infección transmitida por las picaduras de mosquitos y que ya afectó a más de 15.000 personas en todo el país, según el Ministerio de Salud de la Nación.
Los primeros casos de pacientes que fueron picados por mosquitos infectados se registraron en Misiones, Formosa, y Corrientes, y la aparición de casos autóctonos (sin antecedente de viajes) crece sin cesar en el Conurbano y Capital. La dirección nacional de epidemiología pronosticó que habrá un pico para Semana Santa y que el brote epidémico superará al de 2009, con más de 27.000 casos.
En el laboratorio central en San Fernando, recibieron desde enero 624 muestras de sangre de pacientes que fueron considerados como casos sospechosos por algún médico. “Hasta el momento, hemos analizado 599 muestras, y detectamos 95 casos autóctonos de dengue. Esto significa que el virus está circulando en mosquitos infectados en los municipios de la zona, como San Martín, Vicente López, San Isidro, San Miguel, Tigre, Malvinas Argentinas, y San Miguel”, contó Alicia Poretti, licenciada y química, que es la jefa del equipo que está formado por 25 mujeres y 4 varones.
Allí habitualmente hacen los análisis de las donaciones de sangre o estudian si los pacientes tienen toxoplasmosis, Chagas o virus del sida. Con la llegada de las primeras 100 muestras, todo cambió.
“Al principio estuvimos desbordados. Pero nos fuimos adaptando, y cada uno va cumpliendo una tarea específica para hacer las determinaciones de dengue rápidamente”, agregó Poretti. “Ahora el servicio está en su funcionamiento máximo. Con tantos casos autóctonos de dengue, estamos en el horno”. El lugar, con azulejos amarillos y varias habitaciones que ocupan unos 200 metros cuadrados, se ordenó para hacer el procesamiento de las muestras.
Cuando un paciente con fiebre, dolor de cabeza y dolores musculares va a la consulta en zona norte del Conurbano, los médicos sospechan de un caso de dengue. Avisan a la municipalidad para que se hagan fumigaciones y eliminación de criaderos de mosquitos. Y al paciente le toman una muestra de sangre del brazo, y se la mandan al hospital de San Fernando.
“Sólo nos interesa una parte de la muestra, que es el suero. El resto, como los glóbulos rojos y blancos, se descartan”, explica Poretti, que trabaja con Carolina Piñero, Claudia Accarino, Patricia Perren, Natividad González Báez, Ana Trento, Zaida Vigabriel, María de los Angles Farías, y Gastón Majka, entre otros expertos.
Una vez que se quedan con la parte de la muestra de sangre que les interesa, y siguen diferentes técnicas según el momento en que se extrajo del paciente, como lo establece un protocolo dispuesto para todo el país. Si la muestra es obtenida antes del quinto día de los síntomas, se usa una técnica que detecta una parte del virus.
“Durante los primeros cinco días de la infección, hay circulación del virus en el organismo. Por lo cual, a través de la técnica Elisa se puede detectar en la muestra de sangre del paciente”.
En cambio, si la muestra se consiguió después del quinto día, se busca un anticuerpo que es generado por el mismo organismo como defensa ante la infección del dengue. Si da positivo en cualquiera de los dos momentos, ya lo consideran un caso probable de dengue. A partir de ese resultado, se notifica el caso, y la muestra se envía al Instituto Maiztegui, en Pergamino.
“Nosotros hacemos los análisis de sangre -dijo Poretti-, pero la población tiene que tomar mayor conciencia sobre todos los recipientes que tiene en las casas o en los alrededores porque contribuyen a que siga avanzando el dengue”.
Fuente: Valeria Román para Clarín