El Gobierno dispuso el pasado viernes 27 de mayo un aumento en las tarifas del gas y de luz a partir del 1° de junio, pero que no contemplará la segmentación de subsidios en la que aún se trabaja.
La secretaría de Energía, de Darío Martínez, emitió una resolución para que el Enargas y el ENRE dispongan los aumentos, que serán entre el 18,5% y el 25% para el gas, de acuerdo a la región del país, y un 16% para la electricidad.
En el caso del gas, quedarán exceptuados de las subas quienes abonan la tarifa social. En tanto, para la electricidad, los usuarios con tarifa social en el Gran Buenos Aires sufrirán un aumento del 7,7%. El objetivo del Gobierno es que las correcciones tarifarias sean inferiores a la variación de los ingresos de la población.
En este sentido, quienes tengan tarifa social tendrán en sus facturas incrementos totales anuales inferiores al 21.6%, equivalente al 40% de la variación del Coeficiente de Variación Salarial de 2021. En tanto, el resto de los usuarios residenciales tendrán en promedio aumentos en sus facturas totales anuales inferiores al 42.7% (80% de la variación del Coeficiente de Variación Salarial de 2021).
Para el Palacio de Hacienda, se hacía imprescindible reducir los multimillonarios subsidios al consumo, con el propósito de reducir el déficit fiscal del Estado, a tono con lo acordado con el Fondo Monetario Internacional.
De hecho, en el anuncio formal de ayer respecto a los aumentos en la electricidad se deja pendiente la segmentación tarifaria.
