En medio de las tensiones que vive el oficialismo, la jornada del 24 era para La Cámpora, agrupación que lidera Máximo Kirchner, la posibilidad de realizar una demostración de fuerzas, cuando un escenario de ruptura de la coalición gobernante aparece como una posibilidad y hasta un deseo de muchos que hoy ven como terminado el contrato originario que conformó el Frente de Todos.
Y a la contundente movilización de militantes, como no realiza ninguna otra fuerza política hoy en la argentina, el hijo de la vicepresidenta puede sumarle un dato no menor a la hora de especular cómo se daría un escenario de ruptura entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner: el claro apoyo de los intendentes peronistas al hijo de la vice presidenta que fue el actor político central de la jornada.
La Cámpora se movilizó desde la ex Esma hasta plaza de Mayo y en ese trayecto se sumaron a la foto junto a Máximo el gobernador Axel Kicillof y la vice gobernadora y representante de La Matanza, Verónica Magario, junto a un importante número intendentes: Martín Insaurralde (licencia) y Marina Lesci (interina) por Lomas de Zamora y Federico Áchaval de Pilar; Leo Nardini (licencia) y Noelia Correa (interina) de Malvinas Argentinas; Gustavo Menéndez (licencia) y su hermana Karina (interina) por Merlo; Carlos “Beto” Ramil (interino) de Escobar; Mariano Cascallares (licencia) Juan Fabiani (interino) de Almirante Brown; Mario Secco de Ensenada, Fabián Cagliardi de Berisso, Nicolás Mantegazza de San Vicente; Andrés Watson de Florencio Varela y Hernán Y Zurieta de Punta Indio, ambos de licencia. A la lista de apoyos territoriales hay que añadir a los propios intendentes de La Cámpora: Mayra Mendoza de Quilmes y Damián Selci (interino) de Hurlingham. Y también se mostraron junto a Máximo Kirchner legisladores de peso en la legislatura bonaerense como el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Federico Otermín; la presidenta del bloque de senadores provinciales entre otros.
En un día clave en relación al futuro de la coalición gobernante los intendentes marcaron postura y se vió un mapa de apoyos muy similar al que se dió en 2017, cuando gran parte del peronismo bonaerense se inclinó por acompañar a Cristina Fernandez de Kirchner, dejando solo a unos pocos jefes comunales con Florencio Randazzo. Justamente hoy aquel armado randazzista es el núcleo duro del Albertismo: Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (de licencia en Hurlingham) y el Movimiento Evita.
Por más diferencia que los jefes comunales puedan expresar en off sobre las decisiones de Máximo Kirchner y los referentes de La Cámpora, queda claro que a la hora de alineamientos electorales, la boleta que podría llevar a Cristina Fernandez de Kirchner como candidata a senadora es determinante para la continuidad de los gobiernos locales peronistas y ninguno de los intendentes puede prescindir de ella.
Las fotos de la jornada de ayer anticipan que una posible ruptura dejaría en el conurbano un desbalance de fuerzas en la interna peronista que retrotrae al escenario pre-FDT, con una clara hegemonía del Kirchnerismo, pero a la vez, con una dispersión que facilita otra victoria bonaerense de Juntos.
Como sucede con el armamento atómico, la expresión de fuerzas suele tener un poder disuasorio, y condicionante para futuras negociaciones. Si bien, referentes del entorno del presidente presionan para un distanciamiento definitivo con el kirchnerismo, es difícil imaginar al espacio que lidera la vicepresidenta fuera del gobierno. Pero también cuesta, y más en el contexto crítico que atraviesa el país, imaginar un gobierno que continúa sin ordenar un sistema de toma de decisiones y se expone paralizado sin poder procesar sus diferencias.