A cuatro años de la muerte de Nestor Kirchner lo recordamos a través de jóvenes militantes, vecinos de la zona norte, para quienes el ex presidente ha sido una figura fundamental en su decisión personal de comprometerse con la participación política.
En estos años, el quehacer comprometido con lo público, la búsqueda de transformar la realidad, la política, en el mejor de sus sentidos, ha recuperado un lugar que había perdido después de la última dictadura. Y más allá de las distintas posiciones que uno pueda tener frente al kirchnerismo, nadie puede dejar de reconocer que este proceso político ha logrado convocar a miles de jóvenes, que han comenzado a participar, a militar, buscando comprometerse con la realidad de su barrio, de su país, bajo los más altos ideales. Un proceso que se ha convertido en un clima de época, que excede al kirchnerismo, y que es el mayor legado que nos dejará este tiempo.
Y son los jóvenes, para quienes Néstor es el símbolo de su militancia, quienes lo recuerdan a cuatro años de su muerte:
“Empecé a militar de la mano de Nestor y Cristina allá por el 2008, en pleno conflicto con la patronal agropecuaria. Empecé a militar porque sentí que se estaba haciendo historia en mi país y que no podía ser una simple observadora, tenía que aportar, intervenir, construir.
Néstor me enseñó que todos los sueños que yo tenía no eran utopías, sino que se podían hacer realidad con esfuerzo y lucha. Me enseño a anteponer lo colectivo por sobre lo personal. Me hizo enamorarme de la política como herramienta de transformación.Me dio compañeros, me dio una familia que no se rige por la sangre, sino por la lealtad y los sueños. En definitiva Néstor me dio la razón de mi vida, que es la lucha. La lucha por todo que soñamos como pueblo. Por una patria justa, libre y soberana” cuenta Ana Clara Fiamberti, de 22 años, militante del Movimiento Evita en Vicente López.
“Nestor Kirchner fue, para mí, un militante revolucionario. Esos que se estudian y se viven durante eternidades. Militante, compañero que dejo el alma y más. Quizás por eso es el hombre que se nombra en cada conquista, en cada lucha, en cada derrota que se ganara algún dia. Quizás por eso o se ama o se odia. No es difícil de explicar por qué Kirchner es mi conductor eterno. Tengo 21 años y mis abuelos me contaron de un tipo que dio la vida por los trabajadores, por la solidaridad, por la equidad y por desarrollar un movimiento político que tenga como prioridad la justicia social. Si, Perón. No tuve la suerte de verlo….no vi a un laburante recuperar su fuente de trabajo, ni a un pibe ser primera generación de universitario en su familia, ni la recuperación de la dignidad de un jubilado, ni la alegría de un pueblo con la plaza colmada gracias a Juan Perón. Yo lo vi a “el”, tuve la suerte de vivir a Néstor, repetir la historia y enamorarme hasta el ultimo día. Néstor es mi Juan Perón, es el hombre que esperaría años para que vuelva a conducirme, el hombre por el que peleo a ultranza, porque pelear por sus convicciones es pelear por los ideales de la Patria. Tildame de fanática, tíldame de lo que sea, esta seguridad de querer cambiar el mundo, de que se puede, de que no hay nada más lindo que dejar el alma militando por un proyecto colectivo, por mis compañeros, por el futuro no es fanatismo, es amor. Y quizás, con tanto militante dejando la piel todos los días, algún día venga otro Néstor a hacer milagros. No hay pueblo en el mundo que no se merezca un conductor como él” dijo Ana Peirano que milita en la JP La Campora de San Isidro.
Néstor me enseñó que todos los sueños que yo tenía no eran utopías, sino que se podían hacer realidad con esfuerzo y lucha. Me enseño a anteponer lo colectivo por sobre lo personal. Me hizo enamorarme de la política como herramienta de transformación.Me dio compañeros, me dio una familia que no se rige por la sangre, sino por la lealtad y los sueños. En definitiva Néstor me dio la razón de mi vida, que es la lucha. La lucha por todo que soñamos como pueblo. Por una patria justa, libre y soberana” cuenta Ana Clara Fiamberti, de 22 años, militante del Movimiento Evita en Vicente López.
“Nestor Kirchner fue, para mí, un militante revolucionario. Esos que se estudian y se viven durante eternidades. Militante, compañero que dejo el alma y más. Quizás por eso es el hombre que se nombra en cada conquista, en cada lucha, en cada derrota que se ganara algún dia. Quizás por eso o se ama o se odia. No es difícil de explicar por qué Kirchner es mi conductor eterno. Tengo 21 años y mis abuelos me contaron de un tipo que dio la vida por los trabajadores, por la solidaridad, por la equidad y por desarrollar un movimiento político que tenga como prioridad la justicia social. Si, Perón. No tuve la suerte de verlo….no vi a un laburante recuperar su fuente de trabajo, ni a un pibe ser primera generación de universitario en su familia, ni la recuperación de la dignidad de un jubilado, ni la alegría de un pueblo con la plaza colmada gracias a Juan Perón. Yo lo vi a “el”, tuve la suerte de vivir a Néstor, repetir la historia y enamorarme hasta el ultimo día. Néstor es mi Juan Perón, es el hombre que esperaría años para que vuelva a conducirme, el hombre por el que peleo a ultranza, porque pelear por sus convicciones es pelear por los ideales de la Patria. Tildame de fanática, tíldame de lo que sea, esta seguridad de querer cambiar el mundo, de que se puede, de que no hay nada más lindo que dejar el alma militando por un proyecto colectivo, por mis compañeros, por el futuro no es fanatismo, es amor. Y quizás, con tanto militante dejando la piel todos los días, algún día venga otro Néstor a hacer milagros. No hay pueblo en el mundo que no se merezca un conductor como él” dijo Ana Peirano que milita en la JP La Campora de San Isidro.
“Néstor, mi buen amigo. Eso fue él, un amigo. Nos convenció a muchos de que la política era una verdadera herramienta de transformación, la llevo de las oficinas a los barrios, donde estaban los que más lo necesitaban y no les falló. Llevó alegría donde había tristeza, amor donde había odio, creencia donde ya nadie creía en nada. Enseño a que el “Nunca Más” no era un cliché, sino una realidad. Por todo esto es imposible sentir que no está acá, entre nosotros. Dejó a Cristina y a todos los que, como él lo hizo, no van a dejar sus convicciones. En la juventud que milita está la promesa de no fallarle, por ese amigo, que tanto se extraña” comparte Tomás Fryda, de 21 años, militante de la JPBA San Isidro.
“Nestor me enseño a entender a la política como herramienta de los pueblos. Nos devolvió a los argentinos ese concepto que nos había robado la dictadura y el neoliberalismo. Fue cuando falleció el momento en que me decidí a militar, porque, en medio del dolor, comprendí que había que hacer carne sus palabras, que llevar a la práctica su mensaje. Tenemos que luchar por nuestros ideales, por un país más justo, mas inclusivo e igualitario. Y fue él quien nos enseñó que es la política la herramienta que tenemos como pueblo para transformar nuestra realidad” dice Sofia San Juan, de 19 años, militante del Movimiento Evita de Vicente López.