Conocemos a Paolo Genovese por Perfectos desconocidos, comedia que le dio fama internacional. Tanta fue su repercusión que Alex de la Iglesia hizo su remake (la misma puede verse en Netflix) y también se convirtió en una obra de teatro (actualmente en cartelera en el teatro porteño con dirección de Guillermo Francella).
La historia era cautivante, todo sucedía durante una cena en la cual un grupo de amigos jugaban aceptando un desafío con su celular: revelar el contenido de todos los mensajes y llamadas que recibían en el curso de la noche.
En Los oportunistas Genovese respeta la misma fórmula: una sola locación donde todo sucede de principio a fin y donde los personajes desnudan su hipocresía. En este caso el espacio elegido es un bar llamado The place.
Allí, un hombre misterioso (una especie de oráculo posmoderno) señala el camino a seguir a distintas personas que se le acercan con intenciones de cumplir un deseo. Eso sí, para lograrlo les dará una misión, que como dice el manual del buen guión, no será para nada fácil.
Así, Genovese y varios de los actores de Perfectos desconocidos vuelven a hablarnos sobre los resabios morales de nuestra sociedad, esta vez en un film con menos comedia y más fantasía. Pero el resultado no satisface las expectativas, el film abusa del diálogo y comienza a impacientarnos iniciando el segundo acto. Con todo respeto y sinceridad Genovese, esperamos que solo sea un tropezón y no una caída.
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