“Me apoyo en mi marido, en mis hijos y principalmente en mis nietos”, es lo que rápidamente responde Alicia cada vez que le preguntan sobre en quiénes destina todas sus fuerzas para día a día continuar dándole batalla a una vida atravesada por constantes obstáculos, pero también en superaciones que prácticamente van en contra de la biología o incluso de cualquier estudio científico. Nacida hace 69 años en la localidad de Villa Bonich, venció al cáncer de colon, a un melanoma en la cabeza, a un tumor en su médula espinal y se vio en reiteradas oportunidades cara a cara con la muerte, con una gran particularidad: en todas ellas logró sortearla. Y el desafío por el que camina desde febrero del 2018 hasta la actualidad, ella promete transitarlo con éxito y que sea una nueva hoja victoriosa de un libro que no deja de ser llamativo y que merece ser narrado.
Alicia tenía 37 años cuando debió atravesar su primer obstáculo y quizás, el más doloroso. Ya estando casada con Ariel y siendo madre de Verónica, Lorena, Leandro y Cristian, la familia aguardaba agrandarse con el arribo de un quinto hijo. Sin embargo, lejos de su ilusión de acobijar un nuevo niño, el curso del embarazo no sería el esperado, y mucho menos el desenlace. “El embarazo se me complicó porque se me hizo un fibroma, que se alimentaba más que el feto. El cirujano vino y me dijo que había que elegir o entre la vida del bebé o la mía, que implicaba tener que sacármelo. Recuerdo que él me dijo 'tenés cuatro hijos sanos y les vas a arruinar la vida porque vos a los seis meses no creo que llegues de embarazo, el fibroma va a agarrar hemorragia y van a fallecer vos y el bebé'”, le cuenta Alicia a QUE PASA.
Bajo ese escenario, al que jamás hubiese pretendido toparse, “optamos con mi marido para sacarme el feto y después de unos meses me operaron el fibroma y me vaciaron”, lo que le determinó, en efecto, la imposibilidad de traer más hijos al mundo.
Casi 20 años más tarde de ese duro golpe, en pleno 2001, Alicia no solamente era una persona más que padecía aquella recordada crisis política y económica de la que se encontraba sumergido el país, sino que, además, como bien se dice en el ámbito futbolero, jugaba un partido aparte. Un conjunto de síntomas corporales le despertó cierta inquietud, y concurrió a la Corporación Médica de General San Martín, de la que hasta hoy es socia. Allí un especialista la atendió, la envió a realizarse más estudios y el diagnóstico no tardó en llegar: cáncer de colon.
Sin embargo, Alicia recuerda y agradece que el cáncer “lo agarraron a tiempo, lo operaron y gracias a Dios quedé bien, lo único después a veces con trastornos de intestino, de cuerpo, pero ya pasó. Me tocó un cirujano buenísimo, había otros que me decían que me iban a dejar toda la vida con la colostomía, pero él me dijo que no, que en tres meses ya iba a estar bien y así fue”.
Tres años más tarde, en 2004, la operación del colon mostró su secuela, denominada eventración abdominal. “Fui al médico porque tenía bultos y me descubrieron una eventración en el abdomen. Me operaron nuevamente y me colocaron una malla, a fin de contener los tejidos internos, algo que sucedió y afortunadamente no pasó a mayores”, recuerda.
Así llegamos hasta el 2010, año que sin dudas marcó un antes y un después en la vida de la protagonista de esta historia. Los chequeos médicos, que ya venían siendo frecuentes, se multiplicaron, al igual que las dificultades en su andar cotidiano: cáncer de piel era el nuevo desafío que se presentaba. “Me descubrieron un melanoma en la cabeza, en donde me operaron dos veces con anestesia local, pero después cuando hicieron la biopsia me tuvieron que hacer una ampliación. Ahí me durmieron por completo y me operaron dos veces más”, relata a este medio. Para colmo, años después, en la misma zona, debió someterse a rayos, lo que provocó que pierda gran parte de su cabello en la parte céntrica de su cabeza.
Una vez superado este reto, Alicia retornó a la clínica y los estudios le detectaron un nuevo melanoma en el pecho y en el cuello, lo cual, según cuenta, derivó en otra visita al quirófano y en una operación que demandó alrededor de cuatro horas y media.
Pero esas cuatro horas y media difícilmente puedan compararse con las diez que le tomó la intervención quirúrgica de su médula espinal, lugar en que le hallaron un tumor, luego de una resonancia magnética rutinaria. “Un oncólogo me atendió y me mandó a hacer una tomografía, en la que salió un tumor. Me acuerdo todavía que el médico me dijo que había que cerrarlo, o de no hacerlo no iba a poder caminar más, así que me volvieron a operar. Esa operación duró diez horas, fue la más larga de mi vida”, asevera.
La actualidad la tiene situada, desde mediados del mes de febrero del 2018, con un melanoma en el sector derecho del cuello. Desde aquella fecha concurre todos los viernes al establecimiento sanitario para llevar a cabo el tratamiento de la quimioterapia. Ella admite que “a veces me duele mucho, pero el médico me dice es porque 'se pelea la quimio con el tumor'”.
“Hay veces que me siento mal, pero me la banco. No puedo hacer las cosas, porque desde que me operaron de la médula no puedo levantar los brazos. Me gusta decorar mi casa, pero hay cosas que ya no las puedo hacer ni las voy a hacer. Pero gracias a Dios estoy, con todo lo que pasé, estoy”, expresa Alicia, quien además entre todas esas operaciones padeció de dos trombosis.
Fueron, y son, tan numerosos los escenarios adversos por los que circuló Alicia que, incluso, hasta captó la admiración del ambiente de la farándula argentina. El reconocido periodista de espectáculos y vecino de San Martín, Daniel Gómez Rinaldi, la conoció en el vivero que ambos son habitué desde hace tiempo. Allí dialogaron muy sentidamente, compartieron un momento muy agradable alrededor del verde de las plantas y, a contramano de lo que sucede habitualmente cuando uno se topa con una figura conocida, en este caso él fue quién le solicitó una fotografía a Alicia, que posteriormente subiría a su cuenta de Instagram.
“En mi vivero de toda la vida en San Martín conocí a Alicia, una 'mujer super poderosa'. Venció más de 20 veces a la muerte. Es una mujer maravilla, es una mujer con una fortaleza increíble y un espíritu inquebrantable”, había posteado el periodista.
Y ese espíritu inquebrantable que destacó Gómez Rinaldi, ella lo atribuye a su familia. “Me apoyo en mi marido, mis hijos, mis yernos y principalmente en mis nietos, Matías, Micaela y Camila. Tengo una hermosa familia. Si tuviera que pelear todo lo que pelee por ellos otra vez, lo haría”.
Por último, deja un sentido mensaje a quiénes también se encuentran transitando por complicaciones en su salud: “El que tiene una enfermedad debe poner mucha voluntad. No dejarse estar, hacer algo que les gusta, porque la vida es linda”.