Este 28 de mayo se conmemora el Día de la Higiene Menstrual, y en este marco la ex concejal del Frente de Todos en San Isidro, Lucía Claramunt, se refirió a la importancia del proyecto de gestión de productos menstruales que presentó allá por 2020 y que hoy se implementa en el distrito.
“Luego de dos años intensos desde que se presentó el proyecto, logramos que el municipio de San Isidro cumpla con el presupuesto asignado y realice la compra de 2000 copas menstruales, que serán distribuidas en los CAPS”, cuenta Lucia, quien previo a cumplir su mandato como edil, en 2021, logró ver cómo se materializaba la asignación de presupuesto para la adquisición de los productos.
Además, recordó que el trabajo comenzó en mayo del 2020, en plena pandemia, con la presentación del proyecto legislativo que proponía la creación del Programa de Gestión Menstrual. Luego se articuló con productoras de toallitas de tela, visitando fábricas de copas menstruales, realizando talleres formativos en los barrios, y en febrero del 2021 se le asignó una partida presupuestaria de $10 millones.
“Hace años que se piensa la menstruación como problemática, como condición de desigualdad que debe atenderse. Este último tiempo, gracias a la lucha de los feminismos, se puso en la agenda pública. Y somos varias las que agarramos el guante y lo llevamos a los concejos deliberantes, congresos provinciales y al Congreso Nacional”, señala Lucía Claramunt.
“Los proyectos de gestión menstrual, como el que presenté, buscan atender una desigualdad que tenemos las personas menstruantes, no sólo económica ante las personas que no tienen útero, sino que también de participación política y social. Si nosotras y nosotres no podemos comprar toallitas o tampones, no podemos salir de nuestro ámbito privado y asistir en el ámbito público a actividades políticas, escolares, laborales. Menstruar en condiciones dignas debe ser un derecho garantizado por el Estado. Por eso es importante visibilizar estas problemáticas e impulsar estos proyectos hasta que sean una realidad”, agrega la también militante de la organización Peronismo 26 de Julio.
Claramunt destaca la importancia de otro eje fundamental del programa: que la compra se realice a pymes y trabajadoras de la economía popular para fortalecer la economía local y la producción de emprendimientos productivos en su mayoría encabezados por mujeres y disidencias.
“En la licitación realizada, se tuvo en cuenta este punto y se realizó la compra a una pequeña empresa familiar que produce copas menstruales”, explicó y afirmó que “esto es un paso importante hacia una justicia menstrual, ya que permite el acceso a estos insumos, entendiendo que se trata de un producto de primera necesidad para que las personas menstruantes se puedan desenvolver plenamente en su vida”. “Además, esta política pública cumple con un doble objetivo. Por un lado, fomenta la industria local en un escenario de recesión económica y, por el otro, contribuye con el cuidado del ambiente, ya que las copas menstruales son opciones más sustentables que los productos tradicionales”, cerró Claramunt.