La presidenta de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), Malena Galmarini, participó del 17º Foro Metropolitano “Construyendo Gobernabilidad para el Área Metropolitana de Buenos Aires”, un espacio de debate e intercambio virtual que reúne a los actores públicos, privados y del tercer sector comprometidos con la formulación y ejecución de políticas públicas.
Malena Galmarini formó parte del panel “Equidad de género: buenas prácticas en el sector público, privado y el tercer sector para la igualdad de género” junto con Andrea Gualde, Directora de Asuntos Jurídicos e Institucionales de Farmacity; Brenda Bianquet, Gerente de Asuntos Públicos de L'Oréal Argentina y María Elisa Frias, Head de Operaciones para Cono Sur de Uber. La moderación estuvo a cargo de Silvana Mondino, consultora especializada en género.
En primer lugar, habló sobre la experiencia de ser mujer y estar a cargo de una empresa como AySA: “Soy la primera presidenta mujer en una empresa que tiene claramente un sesgo tradicional y masculino muy marcado. Dentro de las trabajadoras y trabajadores de la empresa, solo el 20% somos mujeres. La mayoría estamos enmarcadas en el estereotipo, a cargo de tareas administrativas, como secretarias, o en las tareas de limpieza. Así que fue importante, primero, comenzar. Ser la mujer joven que no venía de la arquitectura ni de la ingeniería, con una mirada más asociada a lo social, no fue fácil. Tuve que construir mi propia autoridad dentro de la empresa, pero también debo decir que me resultó mucho más fácil de lo que creía, y que pude hacerlo en menos tiempo del que creía que me iba a costar”.
“Cuando me toca conducir siempre llego sabiendo que no llego sola, que atrás mío hay un montón de mujeres, un montón de otras identidades, esperando con esperanza que quienes llegamos no nos olvidemos de las que vienen atrás, o de las que vienen abajo. Nosotras tenemos que ser las que les hagamos piecito a otras que están intentando pasar o cruzar el muro que nos impone el patriarcado. Los puntos de partida pueden ser distintos, pero siempre se trata de mujeres intentando avanzar en un mundo dominado por una cultura que no nos lo permite naturalmente”, destacó Galmarini, sobre la importancia de las redes feministas a la hora de llegar a puestos de liderazgo.
Además, puso en juicio el machismo a la hora de liderar y remarcó la importancia de generar oportunidades para todas las personas que forman parte de esta sociedad: “Ser mujer puede ser condición necesaria, pero no es condición suficiente. Nosotras también somos nacidas y criadas en este mundo patriarcal, en esta postura machista, y muchas veces incluso sin registrar cuales son las barreras que tenemos, terminamos siendo también propulsoras o sostenedoras de esas barreras que se nos imponen. Desde que nacemos nos plantean un mundo para varones y un mundo para mujeres, hoy además empezamos a registrar que hay otras identidades y géneros en este mundo que comienza a dejar de ser binario”.
Sobre el rol del Estado en la promoción de una cultura más igualitaria, señaló: “Creo que el Estado tiene un rol fundamental en estas cosas. Porque hay dos maneras de provocar cambios estructurales en la sociedad: una es la revolución social, desde abajo, desde el pueblo; otra es con normas, con medidas, con resoluciones, y por qué no, con leyes. No se puede una cosa sin la otra”.
Por último, especificó algunos de los avances en materia de género que se están llevando adelante en su organización y “Empezamos a trabajar con protocolos que, si bien ya existían, nos parecían tenían que ser mucho más puntillosos. Cuando una mujer es violentada en un área, la primera reacción es “la cambio de lugar”. Nosotros tomamos la decisión que quien tiene que dejar el espacio es el varón violento, y no revictimizar a aquella mujer que esté viviendo una situación de violencia. También trabajamos la guía de lenguaje no sexista, porque creemos que lo que no se nombra, no existe, y parece solamente un slogan, pero no lo es. También al inicio de esta pandemia tomamos una decisión fundamental: la de ampliar las licencias por cuidados de una manera paritaria. En ese sentido, brindamos capacitaciones sobre nuevas masculinidades de manera constante para los trabajadores de nuestra empresa. Desde la gestión externa, construimos el sello violeta: el de premiar a las empresas proveedoras de servicios y contratistas que trabajan con y para AySA que cumplan con la perspectiva de género”.
“Las mujeres somos la mitad de la fuerza productiva del país y del mundo. Para salir de una crisis, hay una enorme oportunidad: la de incluirnos definitivamente con igual de condiciones”, finalizó Galmarini.