El 2 de abril de 1982 las fuerzas armadas argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas que se encontraba bajo ocupación inglesa, en medio de una crisis política, económica y social, en plena dictadura cívico-militar. La contienda duró 74 días y en ella murieron 649 argentinos, muchos de los cuales hoy siguen siendo NN en el Cementerio argentino de Darwin.
Este domingo se cumplen 35 años de ese acontecimiento que marcó al país y a distintas generaciones. Hablamos con Raúl Mateos, vecino de la localidad de Martínez y uno de los fundadores del Centro de Ex Combatientes de San Isidro. Raúl se desempeñó como soldado dentro el sector de ingeniería mecánica en Malvinas, uno de los encargados de confeccionar los campos minados en la zona de Puerto Argentino. Nos relató su historia y lo que significó la guerra para un país con escasa tradición bélica.
"A los 15 años me había dejado el pelo largo y hasta había descartado un trabajo por el simple hecho de que no me lo quería contar, en parte porque sabía que el día que me llamarán me iba a tener que pelar", sostuvo.
En su relato, Raúl remarca la precariedad de las condiciones de entrenamiento que tenían en el servicio militar, lo poco preparados que estaban para un conflicto, y como esto distaban mucho de la imagen que se tenía de una tropa militar: "Los soldados de Malvinas no éramos comandos, no salíamos de una superproducción cinematográfica. Lo más extremo que nos tocó vivir ante de partir para las Islas fue prestar asistencia en inundaciones".
En ese sentido, aclaró que "uno no asumía que era una fuerza pública, como colimba nunca me consideré un policía o una fuerza de choque. No teníamos experiencia de guerra en nuestro país y no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar, eso hizo que la expectativa fuera mayor porque no había temores previos".
En Malvinas, Raúl integró la Compañía de Ingenieros Mecanizados nº 10 y su actividad fue confeccionar campos minados, principalmente en la zona de Puerto Argentino. "Estuvimos haciendo campos minados bajo fuego de artillería inglesa en Monte Longdon, nos llegaban divisar a media distancia", contó.
El vecino de Martínez contó que una vez finalizada la contienda, le llevó tiempo despegarse de la percepción personal y tomar dimensión sobre las repercusiones de los acontecimientos. "Estuve en las Islas más de 70 días, allá no tenías espacio para la reflexión. El tema del frío y el hambre era nuestra preocupación", señaló.
Acerca de la situación actual de lo veteranos, el ex combatiente afirmó que "el Estado no supo contener a sus ex combatientes y la sociedad tampoco sabía como aceptarlos. Hemos ido pasando por distintos estadios del abandono total y ocultamiento, sumado a la falta de experiencia, trajo como secuela un flagelo grande que fue la cantidad de suicidios".
Sin embargo, resaltó que la situación fue cambiando y bajo el primer gobierno de Néstor Kirchner se les otorgó una pensión honorífica. "Fue un punto de inflexión muy importante en términos de reconocimiento para nosotros", resaltó.
"Malvinas significa mi vida, la experiencia de guerra determinó mi enfoque a futuro. La guerra nos sacó de la pubertad como país, fue el paso de conscripto a soldado, nos transmitió la responsabilidad como sociedad de que el destino del país lo hacemos entre todos, no sólo la cúpula de un gobierno de facto", expresó Raúl.
Hasta el día de hoy Raúl no volvió a pisar la isla, pero confiesa que le gustaría volver acompañado con sus tres hijos.
Este sábado 1 de abril a las 23:30 se realizará una vigilia en Villa Adelina en el monumento al ex combatiente, en plaza "Almirante Brown" (Independencia y Soldado de Malvinas).
En tanto que domingo 2 de abril a las 10 se realizará la entrega de la ofrenda floral en la plaza Remedios de Escalada, ubicada en la rotonda de Acassuso.