Un mercado con identidad de barrio

QuePasa se adentró a la realidad de uno de los mercados de abasto más importante de la región norte. Ubicado en el corazón de San Isidro, todavía se puede apreciar su calidez de barrio con aire familiar constituyendo una alternativa a la hora de buscar precios.

El Mercado de Abasto de Beccar es un mercado mayorista que aboga por la venta tradicional al comercio minorista. Está ubicado en la avenida Andrés Rolón 2560, localidad de Beccar en el Partido de San Isidro. Se trata de un emprendimiento privado de hace más de 60 años, para muchos ya forma parte de la idiosincrasia del barrio.

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Adrián Ourens es operador mayorista de frutas y hortalizas e integra el consejo de administración del consorcio. Se inició en el rubro como herencia de un negocio familiar, siendo tercera generación. Conoce el mercado de punta a punta y nos contó cómo funciona, los precios, cuáles son las mejores temporadas para comprar y los obstáculos que un mercado que no recibe apoyo del Estado ni el Municipio debe sobrellevar día a día.

“La gente normalmente lo llama ´mercado de edificio´, se oferta mercadería que viene de todos los diferentes puntos productivos del país y a partir de ahí genera una acción de oferta y demanda. Se origina una compra en el cual hacemos una intermediación entre los negocios, comerciante Y restaurantes. Satisfacemos la necesidad del productor al tener un ámbito donde vender su mercadería y también está abierto al público de a pie”.

El mercado es un circuito alternativo de compra, en una zona rodeada de frigoríficos y granjas mayoristas, empresas que se dedican a abastecer toda la zona.

Según indicó Ourens, el horario del mercado responde a una tendencia mundial donde se rigen con un aprovisionamiento nocturno por una cuestión de tránsito y rapidez. “Gran parte del circuito de aprovisionamiento de mercadería ocurre de noche”, informó.

mercado5El mercado se encuentra abierto todo el año, excepto los sábados y domingos. Al menos tres veces por semana se abre de noche a partir de las 23 hs hasta 8 de la mañana. Lunes, miércoles y viernes son los días de operatoria más fuerte, donde ingresa mayor caudal de mercadería.

 Cuenta con 209 puestos, cámaras de frió y otras de particulares características para la climatización de bananas. Además posee un laboratorio bromatológico en el cual se hacen los controles sanitarios y de calidad a las mercaderías que ingresan.

El mercado se encuentra abierto todo el año, excepto los sábados y domingos. Al menos tres veces por semana se abre de noche a partir de las 23 hs hasta 8 de la mañana.

El mercado es un circuito alternativo de compra, en una zona rodeada de frigoríficos y granjas mayoristas, empresas que se dedican a abastecer toda la zona. Allí se puede encontrar variedad de alimentos, como pollo, carne, huevos, hortalizas, pero fundamentalmente frutas y verduras. También cuenta con una carnicería propia. “Con el transcurso del tiempo casi que nos constituimos en un poli rubro, manejamos mucha mercadería y un amplio surtido”, señaló Adrián

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 En cuanto a las diferencias de precios con las cadenas de supermercados, Ourens comentó: “Hoy más que nunca los supermercados están cartelizados, son empresas que manejan un giro comercial muy grande, poseen puntos e información estratégica y manejan estadísticas que pocos conocen. Los precios que ponen a veces no condicen con la realidad económica que podemos encontrar en una verdulería”.

En cambio, señaló que “en el mercado de Beccar tenemos precios de referencias. Por ejemplo, si la mercadería vale 100 pesos y la tenemos que vender a 50, se vende a 50 y si hay que venderla a 150 porque hay mucha demanda también. Nosotros no intervenimos en el precio, nos regimos por las leyes de oferta y demanda”, indicó.

“Hoy en día la gente viene y averigua. A veces nosotros le recomendamos qué comprar en mayorista y lo que no le conviene, dado que estamos hablando de productos perecederos para el consumo doméstico”, reconoció Ourens.

Ourens sostiene que la vida del mercado se sustenta por el consumo, por eso el mes de enero se vuelve el más difícil de sobrellevar dado que la mayoría de las personas se encuentra vacacionando. El pico máximo de consumo se evidencia cercano a las fiestas de fin de año.

“Hoy en día la gente viene y averigua. A veces nosotros le recomendamos qué comprar en mayorista y lo que no le conviene, dado que estamos hablando de productos perecederos para el consumo doméstico”, reconoció Ourens. También rescató la posibilidad de asociarse con un vecino para aprovechar la cantidad, en momentos en que el aumento de precios azota al consumidor de a pie.

Esta semana se puede encontrar a precios módicos el cajón de mandarinas a 80 pesos y de uvas oscila entre 120 y 140 pesos. “La gente tiene que entender que los alimentos se rigen por estaciones y tiene que aprender a saber en qué momento conviene comprar. Por ejemplo, hoy la palta está de moda y su precio se encareció a 700 pesos el cajón de 10 kg, en gran parte porque se importa de Chile pero también porque hay un mayor consumo”, aclaró.

A propósito de las características del mercado que lo vuelven único, Ourens comentó que “una de las virtudes es que realmente venimos a competir sanamente. El mercado ofrece calidad, cantidad y buenos precios. Hay 150 operadores que compiten de los cuales muchos no dejamos de sentirnos amigos, se convirtió en un ambiente de familia”.

 

Los orígenes del Mercado

En el año 1958 un grupo familiar compra el predio. Recién en el año 1962, este grupo decide hacer una feria o mercado, creando para este fin la Sociedad Mercado de Abasto Gran Norte S.A..

A mediados de 1964 cuando se lograron alquilar alrededor de 20 puestos de los 200 programados, se inauguró con magros resultados. Inquietos los inquilinos por el mal funcionamiento decidieron formar una Asociación de Locatarios, que denominaron “Unión de Locatarios Mercado de Abasto Beccar ” (U.L.M.A.B.)

Transcurridos varios años, ya por 1967, quedó constituido el Consorcio de Propietarios que se denominó “Consorcio de Propietarios Mercado Gran Norte”, siguió administrado por U.L.M.A.B.

En Diciembre de 1968, se incendia el edificio, destruyendo en su totalidad el techo de la nave central, algunas partes laterales y la totalidad de la mercadería existente. Ante esta situación los puesteros querían abandonar todo.  En 1969 comenzaron los trabajos de demolición de techos impuesta por la Municipalidad y luego de largos debates U.L.M.A.B. resolvió contratar la construcción del techo parabólico existente en la nave central.

En 1971 se realiza la Primer Asamblea General Extraordinaria a los efectos de elegir autoridades, modificar el reglamento, cambiar el nombre del Consorcio y elegir Administrador del edificio, dado que por siete años el mercado había sido manejado por una persona designada por la U.L.M.A.B.

Existieron tres intervenciones: dos políticas y la última, militar. Así y todo se logró sobrevivir y estar distinguido siempre entre los mejores, de 27 Mercados existentes en Capital Federal y Gran Buenos Aires.