Da Vinci y el hombre en la luna se conjugan en una nueva muestra en San Isidro

"500+50" es una experiencia en la que el arte y la tecnología, entre robots y piezas solares, invitan a reflexionar sobre la situación ambiental del planeta.

A cinco siglos de la muerte de Leonardo Da Vinci y a 50 años de la llegada del hombre a la Luna, Central de Procesos abrirá en septiembre 500+50. Proyecto Utopía, una experiencia de Joaquín Fargas que llama a pensar en la problemática ambiental del planeta y en sus posibles soluciones a partir de robots y piezas solares.

La muestra, pensada para toda la familia y con acceso gratuito, podrá visitarse hasta noviembre inclusive en la Av. del Libertador 16.208, San Isidro de lunes a viernes, de 9:00 a 18:00, y los sábados, de 14:00 a 18:00.

500+50 es una experiencia inmersiva y para todas las edades. Parte del audiovisual que en 2011 Fargas registró en las bases argentinas antárticas Esperanza y Vicecomodoro Marambio será proyectado en las paredes de una de las salas. Enormes restos de témpanos en el mar, a la deriva y chocando caprichosamente entre sí, y el sonido ambiente que completa la escena y transporta.

En otro sector, respetando el espíritu de Central de Procesos, donde el hacer es la consigna, habrá mesas de trabajo para poner manos y mente en movimiento e interactuar con pequeños dispositivos solares que se podrán activar con lámparas halógenas de entre 300 y 500 watts, desde molinos cuyos discos producirán efectos ópticos hasta mosquitos y flores que cobrarán vida.

Pero habrá otra criatura de Fargas. Hablamos de ​Glaciator, un dispositivo robótico que, en 2017, bajo la guía de este ingeniero/artista y durante una expedición rusa, compactó y transformó nieve antártica en hielo para dar, tal vez, el primer paso que lleve a optimizar el proceso de glaciación.

Una especie de bicho de aluminio, alejado de la morfología típica del robot y construido en su taller de Villa Adelina, que lleva paneles solares en el lomo, conexión Wifi, GPS, una minicomputadora que registra información, y transmite y procesa las imágenes que observa, y dos microprocesadores que controlan cada una de sus funciones. Vedada la manipulación de Glaciator, sí habrá varias réplicas en pequeña escala y en madera para que los chicos puedan interactuar y familiarizarse con él.

“Es imposible que ese robot produzca una transformación medible o significativa en un glaciar, pero tal vez sea la idea primigenia para pensar en alguna tecnología que nos permita producir un cambio ambiental”, dijo Fargas que desde hace dos décadas mixtura ciencia, arte y tecnología, lleva sus máquinas por el mundo y es el creador del Exploratorio, en San Isidro.