Nació en Munro, partido de Vicente López, el 2 de junio de 1992. Vivió en Villa Adelina, y ahora se radica en Boulogne. Toda su vida transcurrió por las calles de la Zona Norte. Su infancia y adolescencia, entre las aulas y los pasillos de los colegios 20 de Junio y Don Bosco, en San Isidro.
Arrancó en karting a los 17 años, quizás un poco pasado de edad para lo que se acostumbra en el ambiente del automovilismo, pese a que sus ganas comenzaron a sentirse a los 8 y maneja desde muy chico. “No pude arrancar antes a correr por un tema presupuestario, es muy caro”, aclara. Sin embargo, compitió un par de años, con grandes resultados, e inmediatamente pasó a Fórmula 4. Allí, ganó algunas carreras, que lo llevaron a competir desde hace dos años en Turismo Nacional Clase 2, donde el 17 de julio consiguió por primera vez un primer lugar con su Fiat Palio.
“Fue un sueño. La victoria hizo mucho ruido, no sólo porque fue el primer podio en Clase 2, sino también porque Fiat no ganaba en esa categoría desde hace 30 años, y es también un hecho histórico para la marca, independientemente de mi situación personal”, explica.
Cordone cuenta que nadie le inculcó el automovilismo, y que comenzó a correr porque el padre trabaja en Ruedas Argentinas, marca que fabrica las llantas para algunas categorías de competición. “Si bien no hubo una inculcación directa, supongo que de ver carreras todos los fines de semanas, desde muy chico, me gustó y empecé a pedir lugar para poder participar”.
En el 95% de los casos, poder correr es puramente económico. Si te destacás, mucho mejor, pero no es lo indispensable, como en otras disciplinas, lamentablemente.
Además de correr, Nahuel trabaja en una oficina de Fate Performance Center, empresa que lo auspicia en su recorrido profesional como conductor de automovilismo. En relación a eso, resalta que “el sponsor que me hace correr, es mi jefe en el trabajo” y que “no tiene nada que ver el laburo de lunes a sábado con las carreras mensuales”.
El automovilismo se rige por una premisa muy particular: entra al circuito el que puede pagarse y mantenerse la carrera: “En el 95% de los casos, es puramente económico. Podés ser bueno o malo, pero si tenés plata, podés entrar. Si te destacás, mucho mejor, pero no es lo indispensable, como en otras disciplinas, lamentablemente”.
“A mí me costó mucho, si hubiera sido por nuestros recursos, no hubiera pasado del karting, pero cuando salí campeón se presentó la oportunidad de que el jefe de mi papá, Guillermo, se enteró de la historia por verlo preocupado y decidió empezar a bancarme. Así se dio el paso al Fórmula 4, y también el salto a Turismo Nacional, siempre con el apoyo de él”, recuerda Cordone.
Ojalá pueda correr toda la vida, y tenga la suerte de seguir acompañado en este camino.
Con 23 años, hace dos que se instaló en la Clase 2, y ahora piensa a futuro, aunque siempre con la cautela de que lo económico es primordial para permanecer en el nicho. “Ojalá pueda correr toda la vida, y tenga la suerte de seguir acompañado en este camino. Todavía me queda mucho por aprender en la categoría, pero quiero seguir avanzando”.
Todo este camino no es gratuito, y requiere de preparación física y mental. Cordone dice que “con el trabajo en la semana muchas veces se complica, pero hay que hacerse lugar para ir al gimnasio, salir a correr al Hipódromo, entrenar con el simulador, e informarse de los circuitos donde se corre mediante cámaras o videos”.
230 o 240 kilómetros por hora levanta el Palio de Cordone durante una carrera, y pese a que el auto tiene la seguridad adecuada y el piloto está preparado para afrontar esas situaciones, siempre existe una sensación de inseguridad en esas instancias. Para el joven conductor “hay momentos en los que hay que estar frío, no por un tema de miedo a lastimarse, sino por el miedo a fracasar”. Y añade: “Uno se rompe el lomo para hacer las cosas bien y fallar duele, tanto en la pista, como en cualquier aspecto de la vida”.
La repercusión entre los amigos, la familia y los vecinos del barrio siempre está presente ante una situación como la de Nahuel, más aún después de lo acontecido el pasado 17 de julio. “Siempre hay gente que te pregunta y te conoce, es muy lindo. Alejandro, de un lubricentro de Boulogne, o el muchacho de la fábrica de pastas de la esquina que se prende a la tele el fin de semana de la carrera, familiares o amigos de la infancia que siempre están enchufados y pendientes”.
Nahuel Cordone, el vecino de Boulogne, tiene aptitudes, juventud, y ganas de seguir en el camino del automovilismo. Nahuel Cordone, el corredor, tiene podio, confianza, buenos rendimientos, y un equipo que lo banca: FP Racing y Mario Riva en el armado de motores. Lo necesario e indispensable para seguir creciendo y buscando resultados en las carreras que quedan hasta fin de año, está.