“Hace tres días llamé a la mamá de uno de los submarinistas -uno de los 44 muchachos que murieron en el mar-, la llamé para poder ir a visitarla; ella me dijo: ‘No Monseñor, voy a ir yo a verlo’. No pude decirle nada, vino ella a verme”, expresó el Obispo de San Isidro contando su encuentro con la madre de uno de los 44 tripulantes del ARA San Juan.
“Yo que tenía esa disposición propia frente a una madre que ha perdido un hijo, de no saber qué decir, y ella me dijo: ‘Padre, en realidad, su vocación era el mar, y el mar se lo llevó’, después me dijo: ‘Yo lo cuidaba hasta ahora, ahora él me cuida a mí’”, agregó.
Por último, monseñor Ojea destacó: “Lo que es la fe. Traté de estar abierto al corazón de esa persona y recibí algo impensado. Estaba un poco nervioso por lo que le iba a decir y, sin embargo, ella me hizo reavivar mi propia fe”.
Fuente: quepasaweb.com.ar / AICA / Prensa Obispado de San Isidro