El director de “Un cuento chino” y "Kóblic" presenta una fábula cuyo eje es la justicia por mano propia. En esta oportunidad el hijo de Tato Bores adapta una novela de Sacheri, La noche de la Usina, en la cual un grupo de amigos y vecinos se unen para recuperar el dinero que han perdido en plena crisis del 2001.
El film recrea de manera pintoresca el pequeño pueblo del interior de la provincia de Buenos Aires donde transcurre la acción. Los personajes, unos giles encantadores, quieren reflotar una vieja cooperativa agrícola aunque tal vez sin tener mucho olfato para los negocios. Luego de que los afecte el corralito, se enteran que sus ahorros se perdieron por una estafa realizada por un inescrupuloso abogado y un gerente del banco que contaba con información de lo que se iba a desencadenar en el país.
El guión fluye con solidez y soltura, mezclando el cine de aventuras con la comedia y el drama. El rock nacional es el estilo de música elegida en varios tramos del film, combinándose con las composiciones de acción originales de la película.
El elenco se completa con grandes figuras, todos muy parejos en sus interpretaciones: Ricardo Darín y Luis Brandoni están correctos como siempre. Pero la sorpresa la aporta Verónica Llinás y un enorme Carlos Belloso, quizás el que aporta con su rol lo mejor en esta película bien argentina.
VOY: PARA VER UN FILM ENTRETENIDO.
NO VOY: SI PRETENDO SORPRESAS EN LA PUESTA EN ESCENA
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