El dueño de una pequeña empresa de camiones mató este lunes de un escopetazo en el pecho a uno de los al menos tres delincuentes armados que haciéndose pasar por policías quisieron asaltarlo y con los que se tiroteó en su casa de Pilar.
Los investigadores creen que, en principio, es un caso de legítima defensa, por lo que la fiscalía no adoptó temperamento con la víctima del asalto, que terminó herida de bala en un brazo, e intentaban esta tarde identificar al ladrón muerto, que es un hombre de aproximadamente 45 años.
El hecho ocurrió alrededor de las 5.30 en una propiedad ubicada sobre de Ruta 25 (avenida Dardo Rocha) y Lago Mascardi, de la localidad de Villa Astolfi. Según explicaron las fuentes, allí vive un matrimonio en una casa junto a la cual tienen un tinglado donde guardan una flota de tres o cuatro camiones de la pequeña empresa transportista que tienen.
El hombre salió de la casa temprano para abrirle a uno de sus choferes y cuando ese camión partió y estaba cerrando el portón, fue sorprendido por al menos tres hombres armados, con guantes y algunos de ellos encapuchados, que al grito de "alto policía" lo quisieron interceptar. "El transportista se dio cuenta de que no eran policías y que lo iban a asaltar. Por eso escapó y se metió corriendo en la casa y llevó a su esposa, que en ese momento estaba preparando el mate en la cocina, a una habitación donde se encerraron", explicó a Télam una fuente judicial.
Los delincuentes también ingresaron a la vivienda, donde se produjo un enfrentamiento armado, ya que la víctima del asalto agarró una vieja escopeta de caza que pertenecía a la familia y que guardaba en un placard, con ella se defendió y mató a uno de los asaltantes. "Los ladrones entraron tirando a la casa y el hombre, cuando le abrieron la puerta del cuarto, recibió con un escopetazo en el pecho a uno de los asaltantes, que cayó muerto en el acto", aseguró el investigador.
Los cómplices huyeron de la casa continuando con los disparos, uno de los cuales alcanzó a herir en un brazo al dueño de los camiones. Además, un vocero judicial dijo que "la casa quedó hecha un colador", por la gran cantidad de disparos que hubo en el lugar. En total, se marcaron en la escena un total de 35 evidencias balísticas, entre impactos de bala y vainas calibres 9 milímetros y .40.
En cuanto al delincuente muerto, presentaba un único disparo de escopeta en el hemitórax izquierdo. Hasta esta tarde aún no había podido ser identificado, aparenta tener entre 45 y 55 años, es de tez blanca, cabello corto castaño y presenta en el pecho un tatuaje con el nombre "Viviana".
En la mochila que tenía colocada, se hallaron tres cargadores de pistola calibre .40, otro de 9 milímetros, un alicate, una linterna, una gomera, más guantes que los que tenía colocados, cuello polar, gorra con visera, pasamontañas y hasta dos barbijos negros con el escudo de las Policía de la Provincia de Buenos Aires. "No se descarta que por el modus operandi y por cómo estaban preparados, estemos ante exintegrantes de alguna fuerza de seguridad", confió unas de las fuentes consultadas.
El arma que tenía ese ladrón muerto no pudo ser secuestrada porque fue recuperada por uno de sus cómplices, aclararon las fuentes. El caso es investigado por el fiscal Raúl Casal, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Pilar.
Por el modo en que ocurrió el hecho, porque está acreditado que los delincuentes estaban armados y dispararon contra él y porque ocurrió dentro de su casa, el fiscal Casal no adoptó ningún temperamento contra el transportista que mató al delincuente al considerar que están dados todos los elementos para configurar el hecho como un caso de "legítima defensa privilegiada".
El hombre asaltado tenía un balazo en un brazo que le provocó una fractura y estaba hospitalizado, aunque fuera de peligro.
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