Las realidades en política generalmente dependen de las encuestas con que se las mire. Y estos estudios, con frecuencia, se parecen demasiado a quien las difunde.
Un ejemplo claro de esto son las encuestas que se publicaron en las últimas semanas sobre la gestión de Gustavo Posse en San Isidro. El jefe comunal que va por su quinto mandato, luego de una fallida búsqueda de posicionamiento a nivel provincial en el 2015, ha vuelto a buscar levantar su perfil como intendente, y destacar su gestión local, reafirmando su liderazgo político, despues de un 2016 cargado de tensiones internas.
En sentido, desde sus equipos de prensa han difundido en los últimos meses distintas encuestas que marcan un alto nivel de aceptación por parte de los vecinos de San Isidro.
Según una encuesta de Poliarquía difundida en los últimos meses del 2016, la gestión de Gustavo Posse cuenta con un 66% de aprobación por parte de los vecinos de San Isidro y lo ubica al intendente de San Isidro entre los mejores posicionados de la provincia. Con números similares, en enero, se difundió otra encuesta, en este caso de la consultora Opina Argentina, donde el 61% de los vecinos consultados considera positiva la imagen del jefe comunal sanisidrense.
Pero estos números contrastan con los que se conocieron hace días, provenientes de una encuesta realizada por la Universidad Nacional de San Martín. Según este estudio, sólo un 28% de los vecinos aprueban la gestión del intendente, siendo mayoría, un 41% de los vecinos de San Isidro, los que desaprueba la gestión mientras un 16% tiene una calificación regular de la tarea que lleva adelante el jefe comunal.
Más allá de las operaciones cruzadas, Posse fue elegido hace poco mas de un año, por quinta vez consecutiva, con más del 50% de los votos. Este año enfrenta una elección muy sensible de cara a mantener su cont rol sobre el Concejo Deliberante, que tiene hoy una paridad de 12 concejales oficialistas (Cambiemos) y 12 concejales opositores.