Esta viernes, en la última sesión del Concejo Deliberante de Escobar, se aprobó por unanimidad una ordenanza que prohíbe la fabricación, comercialización, tenencia, uso, manipulación y transporte de elementos de pirotecnia sonora en el distrito.
La ordenanza fue presentada por el intendente Ariel Sujarchuk a fines de 2019, y fue tratada este viernes en el recinto, para dar por prohibida la utilización de pirotecnia con efecto audible o sonoro, como petardos, fuentes, foguetas, morteros, morteros con bomba, o cañas voladoras con paracaídas.
La pirotecnia sonora afecta severamente a personas que sufren trastornos del espectro autista, ya que tienen una hipersensibilidad a los sonidos en general. "Esto tiene que ver con unas conexiones entre la amígdala y la corteza cerebral que están disfuncionadas y esto hace que frente a mínimas cuestiones sonoras, estos niños las perciban y reaccionen”, contó la médica psiquiatra Andrea Abadi (MN 76165), directora del Área de Neurodesarrollo y Condición del Espectro Autista del Centro Cites Ineco, en una entrevista con Infobae. Además, sostuvo que esa situación genera muchísimo estrés y genera alteraciones conductuales y emocionales.
También en animales, como perros, gatos y pájaros, ese tipo de pirotecnia genera situaciones que dañan su capacidad auditiva, ya que el oído de estos animales es considerablemente más sensible que el humano. Eso hace que las explosiones les resulten además más perturbadoras. Por otra parte, los animales como perros y gatos muchas veces consideran a estos objetos como juguetes y pueden acercarse o incluso llevárselos a la boca, poniendo en serio riesgo su integridad física.
Además, los fuegos artificiales sonoros pueden emitir sonidos de hasta 190 decibeles, superando en más del doble al rango de entre 75 y 80 decibeles, que se considera tolerable para el oído humano.