En las últimas horas, en Pilar se materializó una nueva medida para intervenir ante casos de violencia de género en el distrito. Se trata de Pulseras Electrónicas para el Control de Agresor y Víctima de violencia de género.
El dispositivo consta de tres partes: una pulsera y dos controles, al agresor se le coloca la pulsera y uno de los controles, y se le entrega a la víctima el otro control. Este sistema trabaja de forma distinta al botón antipánico, ya que anticipa el contacto del agresor. Además, se activa en caso de que el agresor intente romper o sacarse la pulsera.
Las pulseras serán colocadas de acuerdo a las definiciones de la justicia, y una vez que se coloquen las primeras, el municipio solicitará, progresivamente, más dispositivos a la Provincia. “La orden para el uso del dispositivo la darán los Juzgados de Familia y se destinarán a los casos de mayor riesgo, donde se hayan agotado otras estrategias de protección y la agresión y hostigamiento persista”, explicó la directora de Niñez, Género y Diversidad Sexual de Pilar, Luciana Ruiz.
En el proceso de capacitación para su control, desde el área de Género del Municipio junto con el Instituto Provincial de Género y Diversidad Sexual, se mantuvieron diferentes reuniones con jefes policiales, la Físcalía de Género y juezas de familia, para dialogar sobre el trabajo articulado e implementación de este nuevo sistema que ya entró en vigencia.
En las últimas horas, además, el intendente Nicolás Ducoté recibió a Agustina Ayllón, presidenta del Instituto, y junto a ella destacó que “se está dando un paso importante, incorporando tecnología que permitirá mejorar la efectividad en las acciones frente a estos casos. Este sistema funciona de manera preventiva y se suma a todo el acompañamiento que brindamos, lo que buscamos es que se modifiquen las conductas para que estas herramientas dejen de ser necesarias”.
“Este es un programa nacional que llega a las provincias, se comenzó con una prueba piloto durante un año y medio, y como la experiencia fue muy positiva, estamos haciendo una primera etapa con doce municipios. Este dispositivo le saca a la víctima la necesidad de estar ella vigilando en qué momento está en peligro, sino que se monitorea a través del Servicio Penitenciario Bonaerense, que ve el movimiento para evitar que el agresor llegue a la víctima. Trabajar articuladamente con el Municipio para nosotros es fundamental”, culminó Ayllón.