La crisis económica provocada por el coronavirus golpeó nuevamente a la gastronomía de la zona norte. En las últimas horas, se conoció que una de las tradicionales parrillas de la región, La Porteña, cerrará las puertas de sus locales de San Isidro y Pilar.
La empresa nació en Martínez, en el reconocido corredor gastronómico de Fondo de la Legua, allá por 1994. Al 290 de esa avenida se encontraba una de sus sucursales más emblemáticas. La otra estaba en Pilar, desde 1999, sobre la colectora de Panamericana.
Ninguna de las dos pudo hacer frente a la situación de crisis que se dio con la pandemia y el consecuente aislamientos social, preventivo y obligatorio. "Esto ya venía mal desde hace unos años. La gastronomía sigue la caída general de la economía del país. Llegamos a la pandemia complicados y se hizo esfuerzo por mantener fuentes de trabajo. Pero fue calamitoso", relató Alberto Díaz, fundador de los locales, a La Nación.
Ambos locales cuentan con cerca de 130 empleados. "No había posibilidad de seguir, no estaban facturando. En gastronomía, un fin de semana malo es un problema, imagínate cuatro meses", explicó Díaz, para quien tampoco había horizonte de mediano plazo: "No sabés cuándo volvés a abrir. Y si abrís, nada te garantiza que vas a vender, seguro tenés un 70% de caída de ventas. Esto no se normaliza hasta agosto de 2021".
El de La Porteña no es un caso aislado, y Díaz lo sabe. "No es distinto al de otras tantas empresas del sector, que pagan alquileres de locales y tienen costos altos. Las pymes están a la buena de Dios, todos se llenan la boca diciendo que son importantes, pero cuando llega el momento, ¡bien gracias!", concluyó.
De hecho, hace un mes atrás otro clásico de la región norte anunciaba que bajaba las persianas: La Bistecca, en Martínez (VER NOTA), ubicado también en la localidad de Martínez, sobre la calle Dardo Rocha. En este caso, hacía 18 años que se encontraba en la zona.