El ex presidente Mauricio Macri dio una entrevista en las vísperas del 17 de octubre y sostuvo que la administración de Alberto Fernández será "el último gobierno populista" de la historia argentina, mientras que provocativamente consideró que el peronismo ahora es el partido de "los que no trabajan".
"Soy optimista con lo que sucederá en los próximos meses. Soy positivo en lo que va a pasar en los próximos años, porque más gente se convence de que hay un futuro distinto", expresó Macri.
El líder de Junto por el Cambio consideró que va a haber alternancia y ya "no más la solución populista de consumir un futuro para vivir un efímero presente", mientras que confió en que "el electorado se va a convencer de que el rumbo que llevaba Junto para el Cambio era el correcto".
En una entrevista concedida al canal de La Nación, fue autocrítico con su gobierno y consideró que "lo que condicionó todo es crear una expectativa imposible de cumplir", al señalar que "de ahí todo se hizo más difícil".
Sostuvo que en su administración no comunicaron que "el Estado estaba quebrado, con la deuda con los holdouts, con los jubilados y las provincias". "Tendríamos que haber contado todo eso, pero fue una decisión personal no hacerlo. Ahora con el diario del lunes se puede ver", expresó, aunque manifestó su confianza en que su gobierno fue "el primer tiempo del cambio".
"Estábamos comprometidos en reducir la pobreza y terminamos con niveles similares. Tiene que ver con los errores y la falta de hacer los cambios profundos que se necesitaban. Subestimamos la debilidad política y la fragilidad económica", añadió. También señaló que en su gabinete había discusiones en cuanto a la forma de aumentar las tarifas.
En relación al 17 de octubre, Macri criticó al Gobierno de Fernández y al peronisno al señalar que Juan Perón "se enorgullecía de haber hecho un partido de los trabajadores y ahora es un partido de los que no trabajan".
Sostuvo que cuando Juntos para el Cambio perdió las PASO "se terminó" su "gobierno económico" ya que las variables se dispararon por "el temor al regreso del kichnerismo". "En ese momento era un prejuicio, pero después se confirmó. El Gobierno ahora vuelve a atacar el poder judicial, intenta expropiar de un día para el otro empresas, suelta presos y alienta la toma de tierras, mientras violenta con un DNU el crecimiento futuro del mundo de las telecomunicaciones", acusó.
En cuanto a los procesos por espionaje ilegal durante su gobierno, Macri lo enmarcó en una persecución judicial de la que sería objeto. "No ordenamos ni hicimos espionaje ilegal", aseguró, mientras que señaló que la actividad de seguimiento por parte de agentes "son a título personal como hubo históricamente" en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). También marcó el hecho de que las investigaciones se realicen desde los fueros federales de Lomas de Zamora y de Dolores, "cuando la principal actividad era en la ciudad de Buenos Aires", por lo que concluyó que "toda la investigación está tirada de los pelos".