Tigre tuvo una noche complicada en Victoria. Perdió con Arsenal por 4 a 1 en casa, con gol para los locales de Blas Armoa, y perdió la chance de meterse en la Copa Libertadores. A pesar del resultado, el encuentro se llenó de emotividad con la despedida del Patito Galmarini y con el aliento de la gente durante los 90 minutos de juego.
El primer tiempo arrancó con mucha dinámica para el Matador, con un dominio total del juego, controlando la pelota en todos los sectores de la cancha y siendo ampliamente superior a Arsenal.
A los 8 minutos, el homenaje, claro. Patito Galmarini jugó su último partido en Victoria y entre aplausos y lágrimas se retiró del campo, donde había arrancado como titular y le dejó su cinta de capitán a Sebastián Prédiger. Se fue ovacionado por todo el estadio y en su lugar ingresó Blas Armoa.
Tigre no sufría, aunque estaba falto de profundidad, salvando algún arrebato del mismo Armoa y de Lucas Blondel por el andarivel derecho, porque donde más lastimaban los de Diego Martínez. Así fue hasta cerca de los 35 minutos.
Después vinieron 10 fatídicos e inentendibles minutos para el local, donde Arsenal, que nada hacía hizo tres goles que pusieron contra las cuerdas las chances de los de Victoria de ingresar a la Copa Libertadores. A los 38', el primero lo marcó Julián Navas, después una buena jugada por la izquierda de la defensa matadora y un mal control dentro del área de Abel Luciatti que desconcertó a Gonzalo Marinelli y dejó al número 18 del Arse frente al arco.
Tres minutos después, a los 42, y de nuevo sobre la izquierda, un toqueteo de la visita dejó a Mauro Pitton de frente al arco desde afuera del área colocó la pelota de emboquillada por sobre el cuerpo de Marinelli, de floja reacción.
El tercero fue a los 44, por la misma banda. Pase filtrado desde la raya en tres cuartos para Facundo Kruspzky, que con un centro rasante y certero al corazón del área chica encontró a Francisco Apaolaza que abajo del arco sentenció el 3 a 0.
Los dirigidos por Diego Martínez se fueron inmerecidamente abajo al descanso. La gente entendió la situación extraordinaria y aplaudió al equipo cuando salió de la cancha.
En la segunda mitad, Tigre salió dispuesto a empatar pero a los 7 del complemento se llevó el cuarto baldazo de agua fría. Un disparo certero desde afuera del área Kruspzky dejó sin nada para hacer a Marinelli y se clavó en un ángulo. 4 a 0.
A partir de allí, Tigre buscó espacios, tuvo un par de aproximaciones pero los del sur se cerraron bien en el fondo y hasta por momentos tuvo el control de la pelota de media cancha hacia adelante.
Recién a los 26, de tanto intentar e intentar, Tigre llegó al gol con una gran asistencia de Colidio que terminó en el pie derecho de Armoa. El paraguayo abrió el pie y definió bien ante la salida de Alejandro Medina.
Los de Victoria fueron y fueron. Chances de Colidio, de Mateo Retegui en más de una oportunidad, pero este partido el arco estuvo cerrado y Tigre no pudo volver a convertir.
El párrafo aparte de lo llevó la gente. Los 90 minutos cantó y cantó, alentó al equipo y, como Tigre, ya pone la cabeza en lo que viene. Con el torneo finalizado, la clasificación asegurada a la Sudamericana y afuera de la Libertadores por esta derrota, el Matador puede tener revancha rápido. El 2 de noviembre, probablemente en el estadio de Huracán, enfrentará a Racing por la semifinal del torneo de campeones, en busca de la segunda estrella. Si le gana a La Academia, en la final lo esperará, otra vez, Boca.
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