La Quinta Trabucco, ubicada en la localidad de Florida, en Vicente López, forma parte del importante acervo histórico de la zona norte. Esta antigua finca, que hoy se presenta como un espacio verde en medio del paisaje urbano y está vinculada al desarrollo cultural, tiene sus raíces profundamente entrelazadas con el desarrollo de la región y la vida de sus primeros habitantes.
Construida a principios del siglo XX, la quinta fue residencia de la familia Trabucco, una de las más influyentes de la zona. En el predio, que por ese entonces tenía más de ocho hectáreas, la construcción de la casa principal y los jardines que la rodean se hicieron siguiendo el estilo italianizante, popular en la época, buscando reflejar la idea de prosperidad de sus dueños. Este lugar no sólo servía como una residencia veraniega, sino también como un punto de encuentro para la vida social de la élite porteña por aquellas épocas, según cuentan desde el Centro de Investigación Histórica de Vicente López.
Con el paso de los años, mientras a su alrededor se levantaban casas modernas y se pavimentaban calles, la quinta permaneció como un recordatorio del pasado, un espacio donde el tiempo parecía haberse detenido. La preservación de este lugar fue en gran medida gracias a los esfuerzos de la comunidad y de las autoridades locales que, reconociendo ese valor histórico y cultural, decidieron protegerla y abrirla al público.
La entrada principal al predio está hoy sobre la calle Melo 3050, a pocos metros de la Panamericana y la quinta es mucho más que un simple parque o un museo. Es un espacio cultural que alberga exposiciones de arte, talleres y eventos que buscan conectar a los vecinos con la historia y la cultura local. Los jardines invitan a los visitantes a pasear y disfrutar de la tranquilidad, mientras que la casa principal ofrece una ventana al pasado.
Además, funciona como un espacio educativo, donde se llevan a cabo programas dirigidos tanto a estudiantes como a adultos. Las actividades culturales, que van desde recitales de música hasta exposiciones de arte contemporáneo, convierten a este lugar en un punto de referencia en la agenda cultural de la ciudad. Por el lugar pasaron artistas de relevancia nacional e internacional, como Mercedes Sosa, León Gieco, Kevin Johansen, Jairo o el Chango Spasiuk.
Un lugar que conjuga espacio verde y la cultura, que ha sabido adaptarse a los cambios del tiempo, preservando su esencia y su importancia como testimonio de una época pasada. Eso es hoy la Quinta Trabucco.
Más sobre la historia de Quinta Trabucco
Las tierras donde se encuentra la Quinta Trabucco fueron originalmente adjudicadas en 1580 a Gonzalo Martel de Guzmán, uno de los primeros pobladores de Buenos Aires. Sin embargo, fue hacia fines del siglo XIX cuando José Antonio Trabucco, un inmigrante italiano dedicado al comercio internacional, compró el terreno para construir una residencia de verano. La finca, que en su origen abarcaba ocho hectáreas, fue bautizada como "Villa Delia" en honor a la primera hija de José Antonio, Delia Ana Trabucco.
En 1900, la familia Trabucco comenzó la construcción de la casona que hoy conocemos. La propiedad incluía amplios jardines con una variedad de árboles, flores, viñedos y huertas que abastecían a la familia durante sus estancias estivales. Además, contaba con una pileta, canchas de tenis y bochas, y establos para los caballos que se utilizaban para paseos hasta el río.
La Quinta Trabucco no solo fue un lugar de descanso para la familia, sino también un punto de encuentro para escritores, músicos y artistas, convocados por Delia Ana Trabucco y su esposo Juan Monés. La finca albergó numerosas reuniones y eventos culturales, convirtiéndose en un espacio donde se cultivaba la amistad y el arte.
Tras la muerte de José Antonio Trabucco en 1939, su viuda decidió donar la propiedad al Municipio con la condición de que se convirtiera en un parque público. Sin embargo, debido a que su hijo Alberto Trabucco tenía derecho al uso de la casa hasta su muerte, la cesión efectiva se concretó en 1990, tras su fallecimiento. Desde entonces, la Quinta Trabucco se ha transformado en un importante centro cultural, donde se realizan exposiciones de arte, conciertos al aire libre, y talleres.
A mediados de la década del ‘50, la construcción de la traza de Panamericana dividió la Quinta Trabucco y a esto se sumó la donación de Alberto Trabucco y Nélida Monés de los terrenos adyacentes a la parroquia para la construcción de los edificios de las escuelas Nuestra Señora de la Guardia y Ceferino Namuncurá. En ese momento, se abrió la calle Rosetti y el predio pasó a tener 15.000 metros cuadrados, que conserva hasta la actualidad.
¿Dónde queda y cuándo puede visitarse la Quinta Trabucco?
Está ubicada en Melo 3050, localidad de Florida, partido de Vicente López.
Sus jardines y su casco están abiertos al público de martes a sábado de 10 a 18 horas, con entrada gratuita.