RASTRO VERDE, una huella virtuosa

Marcela y Fernanda son vecinas de zona norte, y socias en Rastro Verde, empresa que fundaron con un sueño: poder vivir y ganar dinero haciendo algo que sume a generar conciencia, cambiar hábitos, y produzca impactos en favor de una cultura sustentable. Además participan de un proyecto en La Cava, donde a partir de la basura recolectada del barrio se producen juegos para una plaza.


Marcela y Fernanda, socias en Rastro Verde
Marcela y Fernanda juntos a sus muebles 
hechos de madera plástica, fruto del reciclado.


“Veníamos trabajando juntas el tema de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), y nos dimos cuenta que podíamos empezar a trabajar, en una de las patas de la RSE como es el impacto ambiental, en alguna acción que genere un verdadero impacto y no simplemente bridar un servicio que quede en la nada, donde nadie ve el resultado. Creemos fuertemente en las transformaciones que provocan este tipo de cambios a nivel interno de las empresas. Atacamos no solamente el cambio ambiental que se puede dar, sino también la cultura organizacional a partir de cursos que damos, en los que se les explica a los empleados el sentido de acciones como diferenciar la basura.” Nos dice Fernanda Soria, vecina de Beccar, lic. en administración de empresas, especializada y trabajando hace mas de 10 años en RSE.

“Esto es una empresa privada – aclara Fernanda - no es una ONG, nosotros vivimos de esto, nos dedicamos a esto pero con un sentido de generar impactos y transformaciones. Trabajamos para empresas, con municipios también y hemos generado para la basura, con la gran problemática que hay en este momento, un circuito Este circuito implica un análisis de la basura que se genera, hacer una transformación para buscarle un destino diferente, evitando que vaya a parar a los rellenos con los costos e impactos negativos que esto trae. Lo que hacemos, por ejemplo con el caso del plástico, es que esto vaya a un proceso de transformación donde desde las botellas PET se logran unos listones de maderas plásticas y con ellos nosotros fabricamos muebles. Esos muebles vuelven a las empresas y estas los utilizan o veces estas donan como parte de su programa de RSE. Con esto logramos que haya una disminución de la huella de carbono, en el caso de los estos listones similares a la madera natural, también hay una disminución de la tala de árboles, algunos en extinción como el Lapacho. Y así se genera un impacto positivo muy concreto”.

Rastro Verde tiene poco más de un año de vida. Ha realizado asesoramiento y llevado adelante programas en empresas como AySA y también en municipios como el de Ituzaingó. Y además proyectan diseñar muebles con la madera plástica obtenida del reciclado de residuos. “Nosotros trabajamos con proveedores que transforman el plástico que le damos en listones de madera plástica con el cual se pueden hacer todos los productos que conocemos de madera vegetal. Y la transformación de los residuos es 1 a 1, no tiene desperdicios. Nosotros entregamos 1kg de plástico y nos devuelven 1kg de madera” nos explica Marcela Garcia Canosa, vecina de Olivos, ingeniera agrónoma, especializada en temas de medio ambiente. Quien nos aclara que los procesos son totalmente certificados y aprobados por los organismos provinciales y nacionales.

“Queremos hacer productos accesibles a todos. Que el que vaya a comprar un juego de jardín pueda elegir uno u otro según el que le guste más. No queremos que “lo verde” sea exclusivo” señala Fernanda.

“El material lo puede trabajar cualquier carpintero, sólo necesita apertura mental. Entender que es un material diferente pero que lo puede trabajar de la misma manera, con las mismas herramientas. Y en cuanto a costos, son similares a la de cualquier madera dura, pero no requiere el mantenimiento regular de la madera. Esto tiene cero mantenimiento”, agrega Marcela.

“Para mí es cumplir un gran sueño, tener mi propia empresa y salir a demostrar que se puede ser transparente, se puede trabajar de una buena manera, se puede vivir de esto y generar un impacto positivo. Lo que tanto soñé está acá, completo” dice Fernanda, feliz por este rastro que va dejando.

Rastro Verde se sumó a una iniciativa para llevar estos muebles a una plaza en el barrio La Cava. Esta lo podes leer en:  La basura es cosa seria: juegos para La Cava