Volvieron los titulares luego del partido por Copa Libertadores pero los problemas, cada vez mayores, persisten. Tigre fue una lágrima en un campo de juego sin el color de la gente en la tribuna. Tuvo la iniciativa en los primeros minutos de partido pero los problemas defensivos se empezaron a evidenciar con las primeras aproximaciones de la visita.
En el primer tiempo, a los 23 minutos, una pelota al área que ninguno de los defensores terminó de sacar cayó en los pies de Erpen, que definió por arriba de Marinelli. A los 27, una mala salida generó un desborde de La Gloria y un centro que, tras una serie de rebotes ante la pasividad de los del fondo, terminó en gol de Bajamich.
Tigre tampoco aprovechó ni una pelota parada. Solo unos intentos de Larrondo que no estuvo fino frente al arco, y un remate de tiro libre de Cavallaro que se fue rozando el ángulo izquierdo de Carranza. Para colmo, en el complemento, la primer contra de Instituto dejo a Pino mano a mano y puso el tercero lapidario para el Matador.
Gorosito parece no encontrarle la vuelta, y los jugadores están en un bajo nivel. Mientras, las aspiraciones de, al menos, entrar al reducido, se alejan.