Se declaró como patrimonio histórico y cultural la capilla del Padre Pancho Soares en Carupá

El Concejo Deliberante declaró como patrimonio de interés histórico y cultural a la capilla del barrio del partido de Tigre, donde ejerciera su trabajo el Padre Francisco "Pancho" Soares, cura perteneciente al movimiento de opción por los pobres, asesinado durante la última dictadura cívico militar.

El proyecto de decreto, impulsado por el presidente de bloque de concejales Frente para la Victoria (FpV), Federico Ugo, junto al párroco de Carupá, Jorge Mereco, el historiador Marcelo Magne y la comunidad de la parroquia, contempla además que se planifiquen obras de restauración y mantenimiento sobre la antigua capilla de madera que se encuentra muy deteriorada por el paso del tiempo.

"Este proyecto fue trabajado con la comunidad de Carupá, que mantiene la memoria y el reconocimiento a la obra y el compromiso que el Padre Pancho asumió al frente de la Parroquia, no solo predicando los valores cristianos sino principalmente practicándolos en el ejemplo de servir a los humildes y trabajadores de Tigre", aseguró Ugo en declaraciones a la prensa.

Por su parte, el párroco Jorge Mereco aseguró en una nota elevada al HCD que "en su momento la iglesia fue construida de forma precaria con materiales endebles porque el Padre Pancho creía en una iglesia pobre para los pobres, tal como lo predica hoy el Papa Francisco". Y detalló que a lo largo de los años sufrió los avatares del tiempo, las inundaciones y la humedad característica de la zona, por lo que resulta urgente que se realice una restauración sobre un edificio histórico tan importante para los tigrenses".

La ordenanza fue aprobada por unanimidad en la última sesión celebrada en el Honorable Concejo Deliberante de Tigre.

El Padre Pancho Francisco Soares nació en 1921 en San Pablo, Brasil y tres años después se trasladó a Buenos Aires. En 1945, es ordenado sacerdote, se nacionaliza argentino en 1963, integrándose a la Diócesis de San Isidro y ese año se instala definitivamente en Carupá.

El 13 de febrero de 1976 fue asesinado durante la última dictadura militar. Poco antes de su muerte, había participado en el entierro de delegados sindicales de los Astilleros Astarsa, que fueron secuestrados y perdieron su vida por reclamar mejoras laborales.

En el año 2011, el Municipio de Tigre lo declaró “Ciudadano Ilustre Post Mortem” por sus acciones en defensa de los derechos humanos y de los vecinos del distrito. Asimismo, se rebautizó con su nombre a la calle Catamarca y cada año se organiza un homenaje en su honor en la capilla “Nuestra Señora de Carupá”.