Tigre no pasó del cero a cero ante Estudiantes en Victoria, en un partido muy chato y con pocas situaciones de gol, y lo más relevante (y negativo) fue la lesión de Tomás Badaloni, quien tuvo que retirarse en carrito y llorando durante el segundo tiempo.
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Al despejar una pelota con la pierna zurda, el atacante quedó tendido en el piso, golpeó varias veces el pasto y se largó a llorar porque sabía que se había lesionado. En su lugar ingresó Blas Armoa.
Badaloni se fue del estadio en muletas y con una bota inmovilizadora en su pierna izquierda. La lesión que sufrió es en el quinto metatarsiano y este sábado se someterá a estudios para conocer específicamente el grado de la misma.
De mínima, estará por lo menos entre tres y cuatro semanas sin acción.