Tigre presentó solo un cambio en Avellaneda con respecto al último partido de la Liga Profesional: Leizza por el lesionado Cabrera. En la previa se olfateaba un partido muy intenso, tomando los últimos antecedentes y cómo juegan ambos equipos, y así fue. Intensidad desde el minuto uno y Racing que se encontró con el gol a los 12 minutos.
Un bochazo largo de Marinelli que no llegó a destino hizo que Racing recuperara la posesión. Centro al punto neurálgico del área, Leizza y Luciatti estáticos y definición de cabeza de Maxi Romero. Antes de que el partido se le hiciera cuesta arriba, Tigre encontró la igualdad por intermedio de Leizza (su primer gol en Tigre). Cabezazo del central tras un córner, el arquero Arias la sacó en la línea y la jugada siguió.
El VAR frenó todo, la revisó y convalidó el tanto del defensor de Tigre, sin tener una repetición clara en la que se mostrara que la pelota ingresó en su totalidad. A partir de ahí, todo se hizo palo y palo. Bochazo largo de Tigre que Racing devolvía con otra pelota profunda y así constantemente. El local se sintió mejor con ese juego voraz, aprovechó mejor los espacios y Tigre estuvo desprotegido atrás.
Colidio y Armoa no estuvieron del todo finos para acompañar a Retegui y eso hizo que el Matador no pudiera lastimar como suele hacerlo. Racing aceleró seguido e inquietó a Tigre. Marinelli tuvo que hacerse gigante en dos ocasiones para sostener su arco y en medio de tanta dinámica, los de Martínez no pudieron hilvanar las típicas secuencias de pases con Castro, Menossi y Prédiger (gran primer tiempo). Por eso la primera parte se jugó en las áreas.
Para el complemento, Martínez mandó a la cancha a Zabala por Armoa para tratar de darle contención al mediocampo. Pese a ese deseo, Racing se puso 2-1 rápido. Pase filtrado de Rojas, Romero elude a Marinelli, toca atrás y Hauche define. De nuevo, antes de que el local pudiera lastimar de nuevo, Tigre lo empató gracias al goleador Retegui en una jugada que parecía aislada tras un córner pero que el 32 transformó en gol.
El partido no dio respiro en ningún momento y directamente se partió. La mitad de la cancha pasí a ser de transición y era ataque por ataque. Racing se hacía fuerte por derecha, Tigre respondía de contragolpe. Molinas y Cardozo a la cancha para tratar de controlar ese vértigo, aunque se hizo imposible. Los dos tuvieron una gran cantidad de chances de gol y el Matador terminó mucho mejor pero faltó más puntería. Colidio estuvo impreciso, Castro pisó más el área pero no capitalizó y Retegui no pudo inventar otra genialidad.
Un punto que sirve de cara a lo que viene, pero es un llamado de atención, porque Tigre sabe cómo lastimar, eso está claro, pero de nuevo dio muchas facilidades en el fondo y se vio en desventaja dos veces. La próxima fecha será en condición de local ante River, el fin de semana que viene.
