Si bien Tigre necesitaba un milagro para acceder a octavos de la Libertadores por su posición en la tabla, en la noche de este jueves esa pequeña posibilidad se esfumó por completo, luego de caer en Victoria contra Guaraní por 3 a 1, y mostrar una pálida actuación.
En el partido se vio una involución respecto a comienzos anteriores. Guaraní fue a buscarlo y manejó la pelota ante un Tigre demasiado lento e impreciso. Merlini manejaba los hilos de la visita y el Matador sólo atinaba a una contra y no lograba mantener el balón en su poder.
Y, en esa dinámica, lo que estaba al caer, cayó. Corner desde la derecha para Guaraní y Romaña puso la cabeza para abrir el marcador.
A partir de esa situación, Tigre hizo un clic. Prediger empezó a recuperar, los extremos fueron más punzantes y los de Gorosito crecieron en la posesión, aunque sin generar situaciones claras de peligro. Cuando los de Victoria empezaban a perderse nuevamente, un pase a la carrera de Protti dejó mano a mano a Magnín que, en estado de gracia, puso el empate y apuntó en su estadística personal tres goles en tres partidos. Sobre el final del primer tiempo, con más llegadas, el Matador pudo darlo vuelta.
El segundo tiempo no le dio oportunidad al local de mostrar una reacción porque en menos de diez minutos, otra pelota parada puso en ventaja a Guaraní. Y ahí Tigre acusó el golpe. Ni los ingresos de Cachete, Luna y Román Martínez le dieron ilusión al Matador que, sin ideas y energías, se entregó al partido que terminó definiéndose con un gol de Cecilio Domínguez, que marcó el 3 a 1 final.
Tigre perdió y no sólo quedó eliminado de la Libertadores, sino que complicó una chance concreta de meterse en Sudamericana. Aún puede, pero debe ganar en Brasil frente a un Palmeiras puntero e intratable, y esperar que Guaraní golee a Bolivar. en estas condiciones y más que nunca, parece que ahora sólo importa el ascenso.
