El 29 de agosto de 2015, Juan Gastaldi disputaba un partido de intermedia vistiendo los colores del Club Atlético San Isidro (CASI), frente a Atlético del Rosario en el que sufrió una grave lesión cervical que lo dejó cuadripléjico.
En medio del scrum, Juan, que jugaba de pilar, recibió un golpe que lo dejó inmóvil en el suelo: “Estuve todo el tiempo consciente. Nunca me desmayé. Se me acercó el médico del club y le dije: ‘Eric. No puedo mover nada’. Me sacaron de la cancha en ambulancia, pero no podía ir rápido porque había empedrado. Me llevaron a Fleni, en Belgrano. Me acuerdo que me dolía mucho el cuello. Más tarde me durmieron y me desperté al día siguiente”, relata a Revista Gente sobre la noche en la que se “lastimó”, como él se refiere a su rotura de la cuarta vértebra y desplazamiento de la quinta.
La rehabilitación es prolongada y costosa, pero durante todo este período, el ex jugador del CASI y sus familiares reciben la solidaridad de sus compañeros y del ambiente del rugby. Por este motivo, las camadas '94 y '95 del club de San Isidro están movilizándose para recaudar fondos: el próximo sábado, 3 de septiembre, se realizará una fiesta a beneficio en el estadio DirecTV Arena, en el que tocará el reconocido DJ Tommy Muñoz, y los grupos musicales Agapornis y Los Bonnitos.
En este sentido, la solidaridad no sólo provino de quienes se prestan a participar de tan importante evento para la comunidad rubbística, sino también de otras personalidades del deporte y espectáculo, con mucha llegada para difundir la causa: las cantantes Soledad Pastorutti y Lali Espósito, el humorista Mario Barassi, los pumas Nico Sánchez y Joaquín Tuculet, entre otros.
El valor de las entradas es de $250 y se pueden comprar de manera anticipada en TuEntrada.com, o telefónicamente al 5254-9100.
Juan, la fuerza de un pilar, también en la vida diaria
Luego de los 21 días que pasó en la sede de Belgrano del sanatorio Fleni, fueron seis meses de recuperación más en el centro de rehabilitación de Escobar, hasta que el 17 de marzo pasado llegó a su casa de Acassuso.
Juan vive con sus padres, y es el tercero de cuatro hermanos (los otros son Guido, Mariano y Pedro). Cuando volvió a su casa pusieron una rampa en la entrada, adaptaron un baño y le armaron el cuarto en la planta baja. Actualmente retomó la carrera de Economía Empresarial en la Universidad Di Tella, y tiene planes de irse a vivir solo.
No me angustió. Me sirvió para aceptarlo. Porque yo no me siento un ejemplo. No hice nada más que rehabilitarme.
En su casa, tiene un enfermero por la noche, y durante el día, Luis, quien se conoció con Juan en el Fleni, lo acompaña personalmente no sólo a la clínica, sino también en sus actividades diarias.
Sobre la manera de encarar la tragedia que sufrió, Juan recalca la necesidad de tomarse las cosas con una cuota de humor: "Fleni me ayudó en eso. Creé vínculos fuertes con los otros chicos que estaban rehabilitándose. Nos reímos de nuestras desgracias. Ahora tengo un humor negro fuertísimo. Me sale solo. Nadie me lo enseñó. Y a todos nos pasa lo mismo".
"No me angustió. Me sirvió para aceptarlo. Porque yo no me siento un ejemplo. No hice nada más que rehabilitarme. Vivo como todos, con lo que tengo. Es como antes, excepto por el rugby. En Fleni no quieren que vos te vayas caminando, sino que te vayas habiendo adquirido la mayor independencia posible. Yo sé que siempre voy a necesitar algo de ayuda. Incluso cuando me vaya a vivir solo", señala Juan, y añade: "No soy ni el primero ni el último discapacitado. Aprendí que una escalera no me va a impedir hacer lo que quiero. Siempre va a haber un amigo para ayudarme cuando haya un pozo o un empedrado. Trato de que ése sea mi lema. Porque si no, empezás a poner la silla como excusa. Y yo, en lugar de tener pies, tengo dos ruedas. Nada más".
Fuente: Revista Gente