Un nadador de San Isidro cruzó el Río de La Plata y cuenta su historia en un documental

Lucas Rivet es vecino de San Isidro y en 2018 cumplió una hazaña para muchos nadadores. Luego de un intento fallido meses antes, que lo tuvo a pocos kilómetros de llegar, volvió a intentarlo y plasmó la experiencia en un documental que se estrenó días atrás.

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Foto: @chez_marie_ph (Instagram)

Por Nahuel Leto

El cruce del Río de la Plata es una de las hazañas más emblemáticas de la natación en aguas abiertas. El río más ancho del mundo, que separa los países hermanos Argentina y Uruguay, presenta condiciones difíciles y desafiantes, convirtiéndose en un verdadero campo de pruebas para aquellos que se atreven a cruzarlo. A lo largo de la historia, ha sido conquistado por un selecto grupo de nadadores de diferentes nacionalidades, entre los que se encuentran 29 argentinos. Lucas Rivet, vecino de San Isidro, es uno de ellos.

Rivet tiene actualmente 46 años y se preparó meticulosamente para el cruce. Es nadador del Campo 1 de la localidad de Beccar e integrante del equipo de masters Aquateam. Además, participó de la carrera de Aguas Abiertas en Nordelta entre tantas otras. El deportista se lanzó a la aventura de cruzar el Río de la Plata en busca de superar sus propios límites y alcanzar la gloria de ser parte de aquellos hombres y mujeres que lo lograron.

"Estoy convencido de que cada uno de nosotros, cuando tiene la atención, intención y emoción alineados para conseguir algo, lo puede lograr. En mi caso, era cruzar un río de 42 km dentro de 15 horas. Al reafirmar que cada una de las cosas que uno propone tiene la intención, si después lo acompaña con la emoción y con la tensión, es posible lograrlo. Y acá estoy, lo que me impulsa es el corazón y no la mente", expresa Rivet.

El cruce quedó registrado en un documental que se emitió por DeporTV, Cruce del Plata, historia de un desafío, donde cuenta cada una de sus sensaciones y su conexión con el agua.

"Me metí en Google para buscar información y vi que no había nada, me pareció muy interesante contar esa historia porque sabía que había mucha gente que lo había hecho y no se sabía nada de ellos”, explicó Rivet sobre el documental.

El cruce

La travesía comenzó el día 22 de marzo del 2018. La idea era cruzar desde la costa uruguaya, Lucas Rivet se metió al agua, inicialmente el río no le facilitó la tarea por las bajas temperaturas y lo movido del agua.

Durante el trayecto, se enfrentó a numerosos desafíos, incluyendo fuertes vientos y corrientes contrarias. A pesar de ello, no dejó que su determinación flaqueara y continuó avanzando. El apoyo de quienes lo seguían también jugaron un papel fundamental para mantener su motivación en alto.

Conforme se acercaba a la costa, la posibilidad de que todo concluyera sin llegar a la meta era cada vez más tangible por parte de la Prefectura Naval Argentina y tras 12 horas y 30 minutos de nado, restando tan solo 8 kilómetros para llegar a la costa se decidió dar por cancelado el cruce por falta de visibilidad.

"El documental tiene más que ver con el fracaso que con el éxito pero el mensaje para él es: ¿Cuál es el río que cada uno quiere cruzar?, lo que quiero transmitir es que si le pone ganas y empeño se puede lograr lo que uno quiere", comentó Rivet. Aunque el resultado final era incierto, Lucas sabía que tanto el fracaso como el éxito serían simplemente anécdotas al final del camino.

A poco tiempo del primer intento vino la revancha, después de experimentar una mezcla de emociones, desde la inicial frustración hasta una renovada motivación, Rivet se preparó una vez más para enfrentar el reto. Eso implicó enfrentarse a obstáculos, comprender la extensión del camino que le faltaba por recorrer y aceptar el cansancio y sacrificio que eso le llevaría. A pesar de haber recorrido este camino anteriormente, sabía que no sería una tarea sencilla.

El día esperado llegó y nuevamente se dispuso a iniciar su travesía por segunda vez el 23 de diciembre del 2018. Con márgenes de seguridad cuidadosamente planificados, tanto en alimentación como en descanso, tanto de día como de noche. Su objetivo era claro: completar la travesía antes de las 18 horas.

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A medida que avanzaba, Lucas enfrentó momentos de malestar físico, vómitos y dolores. Sin embargo, sabía que eran situaciones normales y temporales, que con la ayuda y el apoyo de su equipo, podría superarlos. Las dificultades no mermaron su determinación y continuó nadando enfocado en el logro que se encontraba al alcance de sus manos.

La travesía no estuvo exenta de emociones intensas, que supo canalizar y convertir en energía positiva. Se conectó con la belleza del entorno y con el privilegio de estar ahí, así fue como el río se transformó en su compañero. Con cada brazada la costa se acercaba y la excitación se apoderaba de él. Su equipo lo alentaba, le daba fuerzas para seguir adelante y mantener el ritmo.

Finalmente, después de 14 horas 10 minutos y 42 kilómetros de esfuerzo, emergió triunfante: los aplausos y la música celebraron su logro, que se convirtió en un testimonio de perseverancia y superación personal. En medio de una atmósfera cargada de emoción, Rivet sonrió, consciente de que había cumplido su objetivo y dejado su propia huella en el Cruce del Río de la Plata.

Pero Lucas Rivet no solo cruzó el río más ancho del mundo, fue mucho más allá. Creó un portal web donde recopiló toda la información de los cruces y los protagonistas que lo lograron (INGRESAR ACÁ).

La travesía se convirtió para Rivet en algo mucho más importante que una prueba física: fue un recordatorio de que, con dedicación y pasión, los seres humanos pueden alcanzar metas aparentemente inalcanzables.