El estilo de esta cabaña poco tradicional en una isla del Delta del Tigre lleva cosechados varios reconocimientos. El último de ellos fue en el marco de la selección de obras que irán a la Bienal de Arquitectura y Urbanismo (BIAU), que en su décima edición se desarrollará en julio en San Pablo.
La casa, además, estuvo entre el grupo de finalistas del que resultaron ganadores el Centro Cultural Viejo Mercado, en Rafaela, Santa Fe, y la capilla San Bernardo, en La Playosa, Córdoba. Además de la distinción de la X BIAU, la obra fue premiada en la Bienal de Arquitectura Argentina 2014 y obtuvo una mención en el premio SCA-CPAU en la categoría mejor obra construida en el país.
La cabaña es austera y de distribución muy simple. Sólo cuenta con un dormitorio, living y terraza. Sus autores, Lucía Hollman y Agustín Moscato, del estudio AToT, detallaron a Clarín: “La casa tenía que tener lugar para que duerma una pareja en el dormitorio y dos posibles invitados o niños en el living. Además, debía tener un lugar donde pudieran estar todos juntos para pasar el día, lo que terminó siendo la terraza”.
Los pocos materiales empleados refuerzan la intención de economizar recursos y reducir así al mínimo el impacto sobre el terreno. Se eligieron metal y madera, por la facilidad de transporte, izado y montaje, y también por su capacidad para expresar el diseño elegido. Hollman y Moscato aclaran que “se necesitaron sólo 45 días de obra, y al finalizar los desechos generados entraban en un bolsón de arena”, un dato importante si se tiene en cuenta las dificultades que tiene la zona para la recolección de residuos.