Una científica de la UNSAM logró una prestigiosa beca internacional para estudios que podrían ayudar a tratar el cáncer

Victoria Guglielmotti obtuvo la beca Marie Curie. Hizo su tesis doctoral en el Laboratorio de Biosensores Avanzados del Instituto de Nanosistemas de la Universidad de San Martín (UNSAM) y continuó con un posdoctorado en Francia.

Ingeniera en materiales por la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) y doctora en Ciencia y Tecnología Mención Química por la Universidad de San Martín (UNSAM), Victoria Guglielmotti obtuvo uno de los reconocimientos más prestigiosos del ámbito científico internacional: la beca Marie Sklodowska-Curie Actions, que promueve la excelencia en la investigación y apoya la formación de investigadores para el trabajo en proyectos de alto impacto y el establecimiento de colaboraciones globales.

Guglielmotti logró la obtención de la beca internacional por su proyecto “Memocell: Mechanobiological Exploration of Memory Origin in Cellular Dynamics”, el cual se desarrollará en el Centro Max Planck para la Física y la Medicina de Erlangen (Alemania) bajo la supervisión del profesor Benoit Ladoux.

El objetivo es investigar algunos procesos de la migración celular aún desconocidos, vinculados con la remodelación de la matriz extracelular y el depósito de proteínas y diversos componentes estructurales que condicionan a las células que vienen detrás. “Abordar esta brecha es crucial, ya que podría redefinir nuestra comprensión de la migración celular y llevarnos a desarrollar estrategias terapéuticas innovadoras para enfermedades como el cáncer, en las que esta dinámica es clave”, explica Victoria, que actualmente trabaja en el grupo de Adhesión Celular y Mecánica del Institut Jacques Monod de París.

“Mi doctorado en el Instituto de Nanosistemas de la UNSAM, bajo la dirección de Diego Pallarola, fue fundamental para poder conseguir esta beca. Primero porque el entorno colaborativo e interdisciplinario que se vive en el instituto hizo que, a pesar de estar haciendo un doctorado en química, pudiera formarme en biología molecular. Aprendí a trabajar mis propios cultivos y hacer experimentos sencillos de biología celular. De hecho, ese fue uno de los principales puntos que destacaron en mi evaluación”.

Su trabajo en el Laboratorio de Biosensores Avanzados (LBA) dejó una gran impronta en el grupo de investigación dirigido por Pallarola, que celebró: “Cuando Victoria me contó la noticia del otorgamiento de la beca MSCA, debo admitir que, si bien me alegró profundamente, no me sorprendió. Desde que la conozco, ha demostrado una determinación admirable para fijarse metas y trabajar incansablemente para alcanzarlas. Su iniciativa, dedicación y compromiso han sido una constante en cada desafío emprendido. Ella fue un pilar fundamental en la creación y el crecimiento del LBA, y muchos de nuestros logros se los debemos a su pasión por la ciencia y a su capacidad para fomentar un ambiente de trabajo ameno y colaborativo. No tengo dudas de que su talento y experiencia la llevarán a desarrollar una carrera científica excepcional, dejando una huella significativa en cada proyecto que emprenda”.

Guglielmotti destacó también los procesos de trabajo conjuntos con laboratorios europeos que le permitieron hacer estancias de investigación en el Max Planck Institute en Stuttgart, y en la Humboldt-Universitat de Berlín: “Por un lado, mi director me dio mucha libertad para poder desarrollar habilidades de pensamiento autónomo y crítico, que me permitieron aprender cómo llevar adelante un proyecto de investigación. Por otro lado, la capacidad de liderazgo y el carácter colaborativo e innovador se lo debo, sin dudas, a la figura de Galo Soler Illia, director del Instituto de Nanosistemas, que siempre nos impulsó a crear comunidad científica”.

Soler Illia recordó el paso de la investigadora por la UNSAM: “Victoria es una destacada integrante de esa primera camada de becarios doctorales del INS. Siempre inquieta por avanzar en áreas interdisciplinarias, logró una tesis muy original y sólida combinando herramientas de la química y la ciencia de materiales para desarrollos en nanobiología. Además, siempre tuvo un gran empuje y compromiso tanto para ayudar a desarrollar el instituto como para consolidar la comunidad de jóvenes científicos en la naciente área de nano + bio. Es un orgullo haber contribuido a su formación, y verla brillar en temas interdisciplinarios, ya que tiene una gran carrera por delante”.

Victoria proyecta un futuro vinculado con la carrera académica, continuar formándose con los expertos en los mejores centros de investigación a nivel mundial y regresar a la Argentina para contribuir con la ciencia del país. “Mi objetivo es ganar experiencia para desarrollar mi propia línea de investigación y crear una red científica internacional. Para todo esto es importante el rol del CONICET, de la Agencia y de las instituciones que fomentan el desarrollo científico tecnológico, para poder seguir contando con la carrera de investigador científico, la inversión en equipamiento, insumos y recursos humanos”, culminó.