Una joven denunció al dueño de una reconocida panadería de Morón por abuso sexual y amenazas

El acusado, de 70 años, es el dueño del local ubicado en el centro comercial de Castelar. La justicia dictó una medida cautelar de prohibición de acercamiento y contacto mientras se realizan medidas de prueba. El fiscal caratuló la causa como "abuso sexual simple". La víctima fue internada por ataques de pánico tras lo ocurrido.

panadería la española

Una joven de 23 años denunció a su empleador por abuso sexual, mientras trabajaba en La Española, una reconocida panadería de Castelar, y que luego de manosearla, le advirtió "la próxima vez no zafás". La justicia dictó una medida cautelar de prohibición de acercamiento y contacto mientras se realizan medidas de prueba.

El hecho habría ocurrido el pasado 16 de julio en la sucursal de la panadería ubicada en Carlos Casares al 800, a metros de la estación de trenes de Castelar, y en pleno centro comercial de esa localidad del partido de Morón. Una vez que concluyó su horario de trabajo, la joven contó a sus familiares lo ocurrido y al día siguiente realizó la denuncia policial que recayó en la UFI 8 del Departamento Judicial de Morón, a cargo del fiscal Fernando Siquier Rodríguez, quien calificó la causa como "abuso sexual simple".

El abogado de la víctima, Marcos Miguel, dijo a Télam que "la medida de restricción fue ordenada en las últimas horas por el juzgado de Garantías 2 de Morón, luego que la joven permaneciera internada ayer en el hospital San Juan de Dios de Haedo tras sufrir una descompensación por estrés postraumático".

Agostina Signorelli, la víctima, afirmó en su denuncia que el abuso ocurrió el pasado sábado a la tarde cuando se dirigió a la panadería de Castelar por pedido del dueño del comercio. Esa tarde, mientras atendía a los clientes, contó que fue abordada por su empleador, identificado como Adolfo Sambán, de unos 70 años, quien le solicitó su presencia en una zona interna del local.

“Estaba tomando el pedido de un cliente y se acerca Adolfo buscando algo. Le pregunté si lo podía ayudar y me dijo que sí, que necesitaba a alguien flaquito que lo ayude. Me lleva para un lugar que está por atrás de la panadería, donde hay un hueco entre una pared y una escalera, y me dijo ‘me tenés que abrir esa puerta y si la abrís tenés un premio’. Esa puerta da a una escalera para su oficina, la pude abrir y me dijo 'ahora vas a tener un premio'”, contó la joven en diálogo con Primer Plano.

Y añadió: “Subió él primero, me quedé en la puerta y entró. Buscó un caramelo en un placard, lo abre, se lo pone en la boca y deja la mitad afuera. Se acerca a mí y me lo quiere dar con la boca, pero yo le dije que no. Sinceramente no sabía qué hacer, se me acerca y con la mano derecha me manosea la cola. Me alejé y me dijo ‘la próxima no zafás’”.

 “Me arruinó la vida, porque me quedé sin trabajo, no sé cómo voy a conseguir otro, estuve internada por un ataque de ansiedad que nunca me pasó, pero fue increíble la cantidad de cosas que me dijeron de este hombre”, añadió Agostina.

Con estos elementos y el relato de Agostina, el fiscal comenzó a trabajar en la búsqueda de testimonios que le permitan realizar otras medidas de prueba para apoyar los dichos de la víctima, como peritajes e informes psicológicos, que tendrán lugar en las próximas semanas.

Al respecto, el abogado de la víctima aseguró que "hay muchos elementos que me permiten a priori establecer conductas del acusado con los hechos revelados por mi clienta". Si bien ahora el abogado está abocado a la parte penal por las amenazas a Agostina, también abrirá otras causas por los daños y la pérdida del trabajo.

Desde la denuncia la panadería no brinda atención al público. Se dedica solo a la venta de sus productos con la modalidad “take away”.