Una yarará mordió a una nena de 11 años en San Isidro

Ocurrió el sábado pasado, y Mila, la víctima de la mordedura, se encuentra en buen estado de salud.

El sábado pasado, una nena fue mordida por una yarará en la costa de San Isidro. Para el bien de la niña, la víbora no llegó a inocular veneno. Mila, de 11 años, sufrió la mordedura mientras caminaba con una amiga por un sendero interno del Club de Pesca y Náutica Las Barrancas, en Acassuso. Pensó que la había rozado una rana, pero vio cómo se escapaba una serpiente pequeña.

Volvió enseguida adonde estaba su papá para contarle. El hombre la llevó hasta el Hospital Central de San Isidro, pero allí no contaban con el suero antiofídico necesario en estos casos.

"Los médicos nos dijeron que no tenían ni idea del suero que suponíamos estaba ahí para atender estos casos. Nos dijeron que intentáramos en el hospital de San Fernando. Pero mi esposo decidió ir directo al Muñiz, en la ciudad", contó la madre, Yanina Bystrowicz.

Luego de darse a conocer públicamente el caso, el Hospital Central de San Isidro respondió que el médico de guardia examinó a la paciente, que "estaba compensada y no tenía, en el sitio de la mordedura, signos de inflamación y necrosis local". Sobre la disponibilidad del antiveneno, señalaron que la supervisora de enfermería desconocía que estaba disponible en la farmacia del hospital cuando se lo pidió el médico. "Por este hecho, se inició un sumario administrativo", informaron.

La hora en automóvil que demoraron en recorrer los 30 kilómetros fue interminable. "En el Muñiz nos atendieron enseguida. Le hicieron análisis a Mila y fotografiaron la herida. Una red de especialistas en ofidios confirmó de qué víbora se trataba. Todos, excepto uno, coincidieron en que era una yarará", continuó la madre.

Finalmente, Mila no tenía veneno en el organismo. Le recetaron, por prevención, una vacuna antitetánica de uso pediátrico. "Pero no hay en zona norte. No pudimos encontrarla en ninguna farmacia. Fuimos al Sanatorio San Lucas, de San Isidro, y nos indicaron otra vacuna, que tampoco conseguimos." Recién con la tercera opción y al día siguiente del hecho, Mila recibió la dosis indicada.

Los nuevos habitantes litoraleños se sumaron a los ya establecidos en los terrenos ganados con escombros al río. No hay relevamientos de la magnitud de la población, pero no es tan infrecuente cruzarse con algún ejemplar al caminar, andar en bicicleta o rollers cerca del río en Vicente López, San Isidro o San Fernando. Según explicó Bryant, coordinador de Guardaparques de la Dirección de Ecología del municipio de San Isidro, este es el área en la que hay que tomar precauciones en la región.

 

Fuente: La Nación